Hugo Sotil: in memoriam

Mientras nos preparábamos para recibir la Navidad y el año 2025, vino primero una noticia que causó gran impacto: Hugo “Cholo” Sotil había sido internado en UCI. Nadie lo podía creer, porque acababa de regresar de Barcelona, donde había recibido un homenaje del club catalán en el marco de su 125 aniversario. A su regreso al Perú, Sotil lucía radiante, apareciendo en entrevistas hechas por youtubers y asistiendo a eventos deportivos como era ya su rutina.
Pero lo que vino después fue un shock que estremeció al mundo futbolístico mundial y a todo el Perú: el Cholo, que parecía estar hecho de acero inoxidable, el que había salido siempre victorioso de las guadañas de los más fieros defensas que enfrentó en su exitosísima carrera deportiva, había finalmente dejado de existir.
Las reacciones no se hicieron esperar: lágrimas derramadas por doquier por ser uno de los hijos más queridos de la afición peruana y barcelonista. El mismo Sotil declaró, a su regreso del que fuera su último viaje, que en Barcelona lo querían más que en su misma tierra nativa. El club catalán y los hinchas del FC Barcelona manifestaron su profundo pesar por tal irreparable pérdida. La prensa deportiva española, incluyendo la de su rival madrileño, recordaba las hazañas de Sotil cuando fue parte fundamental de ese histórico equipo capitaneado por el astro Johann Cruyff, que logró el campeonato de la liga española en 1974, rompiendo una sequía de 14 años. Al terminar el partido final en Gijón, el Cholo, desde el hotel donde se alojaba el Barça, corrió presto a llamar a su progenitora, inmortalizando esta frase que ha quedado en la historia del club: “Mamita, campeonamos”.
¿Quién no conoce la rutilante trayectoria futbolística de Sotil? Su leyenda comenzó cuando, allá a finales de los años 60, hacía que más aficionados fueran a verlo en el estadio donde el Municipal jugaba su regreso a la primera división, logro conseguido de la mano del Cholo y que hizo que la prensa pidiera a gritos su llamado a la Selección Nacional que iba a ir al mundial de México 70.
Luego vino su deslumbrante paso por el FC Barcelona, llevando la gloriosa casaquilla número 10, mucho antes que Maradona, Ronaldinho, Messi y que incluso ni Cruyff se atrevió a quitársela. Su regreso al Perú, para que con su compadre el Nene Cubillas llevasen a su querido Alianza Lima a ser bicampeones 77-78. Su accidentado paso por el Mundial de Argentina ‘78, donde no llegó en forma debido a que poco antes fue operado.
Esta columnista, como iqueña que viviera en un barrio próximo donde “Ronchera” (apelativo de infancia de Sotil) hacía de las suyas con el balón, no me queda más que decirle con gran pena: ¡Descansa en paz, querido paisano!

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.