ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Honrar, honra

Imagen
Fecha Publicación: 03/06/2024 - 22:00
Escucha esta nota

¿Qué es el honor? Según la RAE, es la cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo.
Hace unos días, mi padre, presentó su libró autobiográfico titulado “En defensa del honor personal, familiar e institucional”, luego de más de dieciocho años de haber sentido la necesidad de contar “su verdad” frente a la persecución, maltrato e ilegalidad del que fue víctima durante los años en que los caviares tomaron por asalto justicia y medios. Era inicios del año 2,000.
Mi padre, un militar ordenado, disciplinado, respetuoso de las normas, la moral y el honor, no tuvo la preparación, que hoy en día han tenido que aprender los uniformados, para enfrentarse a las moledoras mediáticas que construyeron aquellos que se vieron vencidos con los logros de los pacificadores. Aquellos que tras la pluma escondían odios, familiares vinculados a movimientos terroristas, o simplemente corruptos que vieron mermadas sus actividades ilícitas a partir de sanciones drásticas de aquellos funcionarios públicos de bien. Entonces el hambre y la necesidad se unieron, “tú denuncias, yo publico, no importa sin pruebas, ya vemos después”. Y así ante la calamidad del honor mellado, permanecieron congelados, paralizados, mas de un buen hombre. Sentían que perdían todo, pues para ellos, su honor lo es todo.
A mi padre lo pusieron de cabeza, es decir buscaron y rebuscaron para poder engancharlo a aquello que llamaban “la telaraña de la corrupción” que comenzaba con Alberto Fujimori y obviamente no terminaba, pues iba creciendo según los intereses de las ONG caviares como IDL, Aprodeh, etc., las cuales dictaban a los procuradores y fiscales de entonces.
Pero como todo tiene su final y nada dura para siempre, el juicio afrontado por mi padre culminó luego de ocho años. Lo absolvió la justicia en sus tres instancias. No pudieron encontrar nada, pues no había nada, más que dichos de mediocres inescrupulosos sedientos de un día de fama en base al delito de la difamación.
Para ese entonces mi padre ya bordeaba los ochenta años, al pedirle al principal medio difamador que publique la sentencia absolutoria de mi padre, la respuesta fue que: ellos únicamente habían publicado los dichos de un acusador que a todas luces debería haber pasado no solo por un examen psicológico, sino psiquiátrico. Así que nos solicitaron que le pidamos al orate que se desdiga. Estos mismos periodistas del periodicucho, ganaron premios por acusar a mi padre en moneda verde, como les gusta, así que no podían poner en evidencia que su premio provenía de una fuente espuria e inmoral.
Chichobelo también los apañó, jamás se le movió un pelo ante las lágrimas de mi madre. Sabía que todo lo publicado era mentira, pero le temía a sus chacales, a los que le hacían el trabajo sucio. En fin, el miedo se terminó. Quizás mañana comiencen a inventar algo en mi contra, o de mis amados, pero aprendimos que la verdad se defiende, y se pelea hasta el final, no es negociable.
No fue un solo diario, tampoco un solo periodista, los que cobraron de la caviarada por acusar sin pruebas.
El que sí fue un sólo diario, fue EXPRESO, que valientemente acompañó nuestra lucha hasta el final.
El libro lo dice en su título, “En defensa del HONOR personal, familiar e institucional”.
Gracias papá por tu ejemplo y amor, porque como dijo José Martí ,“Honrar, honra”.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.