Hombre de equipo
Después del incendio que el 28 de julio en el piso 8 de la Torre 3C de Residencial San Felipe, Jesús María, convirtió en escombros un departamento y dejó varios arruinados por el humo, fuego y el agua usada en combatirlo, la primera respuesta positiva la dieron los vecinos trayendo víveres y vestido en auxilio de los damnificados. A la semana, Oswaldo Cahuana Cortegana, integrante de la Gerencia de Participación Vecinal de la Municipalidad de Jesús María, en coherencia con su función y convicción de ser “un servidor público, promotor de acción y trabajo en equipo con los vecinos”, con aprobación de alcaldía, propuso, coordinó, convocó y con el apoyo de la Sub Gerencia de Gestión de Riesgos de Desastres ofrecieron en el Ágora, corazón de la primera etapa de la RSF, una demostración y práctica en el uso de extintores, paso visible en crear conciencia de responsabilidad y prevención. Tarea que pareciera no despertar ni generar interés. Aunque después del voraz incendio hay quienes quieren ponerse las pilas, basta con ver la escuálida respuesta dada al llamado de Oswaldo, 30 personas, respuesta similar en su pequeñez a la que motivan los simulacros de evacuación preparando a los ciudadanos para cuando llegue el ya anunciado y esperado gran terremoto.
Oswaldo Cahuana, limeño, 26 años, ingresó al servicio público en la Oficina de Control Institucional del Ministerio de Trabajo en el 2018, en concurso público para un Contrato de Administración y Servicios ganó en el 2019 su puesto en la Municipalidad de Jesús María. Desde entonces en la Zona 9 de la RSF “trabajando en equipo con los vecinos”, hizo suyo el coordinar soluciones a temas de interés comunal, como mejoras en las rampas de acceso creando condiciones favorables a las personas de la tercera edad o con discapacidades. Solución en que participaron los vecinos Alina Ramos, del edificio Los Olivos y Jorge Salcedo, de Los Pinos, “grandes colaboradores en lograr el éxito de mi trabajo”. Con igual dedicación se ha ocupado de difundir acciones culturales y de entretenimiento promovidas por la municipalidad. Gracias a sus invitaciones recogimos en Crónicas, 13.12.21, la presentación del Ballet de Lucy Telge en la Concha Acústica del Campo de Marte, y sin reportarlo, en la plaza San Felipe hemos disfrutado de unos viernes amenizados con entusiastas orquestas. Por su información sabemos de podas, fumigación, retiro de desechos y otras necesarias acciones. Mientras caminamos por la Alameda Belaunde, nombrada así en recuerdo del presidente arquitecto Fernando Belaunde Terry gestor de la Residencial, con tono de buen orgullo me dice “soy bachiller en Derecho por la Universidad Norbert Wiener, espero fecha para sustentar mi tesis, optar el grado de abogado y continuar estudios de Conciliación Extrajudicial”. No esquiva el decirme, “la Defensoría del Pueblo es una interesante meta para reforzar y aplicar lo aprendido con mi carrera y desde la Gerencia de Participación Vecinal trabajando en equipo con los vecinos, inicial y finalmente la razón y el sentido de mi presencia en la Zona 9”. Como todos los alcaldes, de acuerdo a ley, Jorge Quintana García Godos, alcalde de Jesús María, culmina su gestión en diciembre. Pregunto, te gustaría continuar en tu trabajo. Oswaldo responde, “claro que sí, y seguir los lineamientos del alcalde Quintana a quien agradezco la confianza y respaldo en el desempeño de mis funciones relacionadas con la comunicación directa con el vecino”. Hace una pausa, toma nuevamente la palabra para explicarme, “como servidor público entiendo que mi misión es crear confianza con el vecino promoviendo su cercanía con la autoridad, ofrecerle los medios para que conozca los procedimientos para formalizar sus pedidos facilitando su presentación y respuesta. Al decir somos equipo es no sólo para pedir y ofrecer, lo principal es participar”. Es sincero cuando dice “me gustaría dejar un ejemplo que pueda ser continuado”. Como tiene “sangre de campeón” está y estoy seguro que lo logrará.
Tercero de tres hermanos, Oswaldo cursó primaria en el C.I. 3034 en San Martín de Porres y la secundaria en el República de Paraguay. En música, gusta de la banda británica Queen y el rock norteamericano de los años 60, 70 y 80. En comida, “un especial de tallarines rojos con atún”. Hace un año agregó nuevo renglón a sus intereses, un emprendimiento al que en sus ratos libres pone igual dedicación que en la GPV. Consiguió la distribución de un café gourmet orgánico, tostado de molido medio, elaborado con granos de las variedades Caturra, Typica y Bourbon cultivadas entre 1,600 y 1,800 m.s.n.m. en las zonas tropicales de Junín. Vamos a probarlo.
Tiene un compromiso, antes de despedirnos pide, “podría mencionar en su nota que reconozco y agradezco a mi madre, Ángela Cortegana Celis, por haberme dado formación y carácter, enseñado el respeto por el otro sin darle espacio ni cabida al egoísmo. Convertir en enseñanza las dificultades y tener siempre como meta el trabajo bien hecho. Materias fundamentales en una persona de bien”. Gustoso acepto, porque sería broche de oro para la crónica y a su pedido agrego, doña Ángela, estamos de acuerdo con su enseñanza. Oswaldo es un peruano de bien.
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