Hillary, Assange y la libertad de expresión
Julian Assange ha sido reconocido como prisionero de guerra por el Consejo de Europa. La resolución adoptada el miércoles en Estrasburgo, Francia, es la reivindicación de este héroe de la libertad de expresión, del fundador de Wikileaks que filtró, desde 2010, centenares de miles de correos y documentos mostrando cómo los gobiernos engañan y mantienen en la oscuridad a quienes los eligieron.
La asamblea instó a Estados Unidos a investigar los presuntos crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos revelados por Wikileaks, y cuestionó la persecución y el maltrato dado a Assange.
La excandidata presidencial y exsecretaria de Estado Hillary Clinton ha sido su gran crítica, llegando a sugerir que sus actos no deberían ser protegidos bajo la libertad de prensa.
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa piensa lo contrario y refirió que las acusaciones hechas por los Estados Unidos contra Assange, quien enfrentaba una posible cadena perpetua, “por recolectar noticias y publicarlas”, tuvieron un “peligroso efecto disuasorio” que socava la protección de los periodistas.
Recordemos que Washington acusó a Assange de robar y publicar material secreto que, supuestamente, puso en peligro las vidas de las fuentes de inteligencia estadounidenses. Lo cierto es que el valiente periodista sacó a la luz atroces crímenes de guerra.
Assange huyó de las autoridades estadounidenses y se refugió en la embajada del Ecuador, en Londres, por siete años. La Asamblea acusó también a las autoridades británicas por no proteger adecuadamente la libertad de expresión y libertad personal de Assange. En 2019 fue arrestado en Londres para ser extraditado a los Estados Unidos y ser juzgado.
La de Estrasburgo es su primera aparición pública desde que fue liberado de prisión, tras llegar a un acuerdo con Estados Unidos y volver a su Australia natal. Sus filtraciones permitieron conocer sobre la guerra de Irak, la de Afganistán, operaciones militares fallidas, crímenes de guerra, civiles muertos, amén de las condiciones de los prisioneros en Guantánamo.
En 2016, Clinton dijo que “Julian Assange es un criminal y lo que hizo fue peligroso”. Y en 2017, tras su derrota electoral: “Es increíble que alguien que se proclama periodista esté más interesado en socavar la democracia y el estado de derecho que en servir a su profesión”.
Como secretaria de Estado de la dupla Barack Hussein Obama-Joe Biden, Hillary estuvo involucrada en la política exterior de su país, y WikiLeaks sacó a luz documentos sobre la falta de seguridad del Departamento de Estado.
Clinton es una política brillante, por eso se hizo entrevistar –la Fundación Clinton fue una de las entidades auspiciadoras– en la televisión pública PBS hace pocos días. Allí dijo: “Creo que la libertad de prensa está en la cima de la lista de esas libertades, esos elementos necesarios para mantener la democracia frente a la autocracia (pero) las tendencias van equivocadas con el ataque a los periodistas para llamar a lo que producen desinformación”.
¿Qué pensará Assange de ella?
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