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“Hay que controlar todos los tipos de incendios”

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Fecha Publicación: 20/11/2022 - 22:20
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Desde “incendios” en política hasta incendios forestales son los que afectan y consumen el diario vivir ciudadano, produciendo un ambiente no suficientemente sano y equilibrado que permita el normal desenvolvimiento de la sociedad que nos integra.

Las últimas noticias que se vienen recibiendo desde Apurímac, reportándose que se encuentran activos 15 incendios forestales y, particularmente, el del bosque de Chinchay, ubicado en el distrito de Pacobamba, en la provincia de Andahuaylas debe merecernos una especial preocupación.

Pues es una muestra de la poca capacidad de reacción de la autoridad, en todos los niveles, cuando se informa que desde hace diez días el referido bosque viene siendo consumido por las llamas y, de acuerdo a las noticias recibidas recién, hace dos días la autoridad nacional ha iniciado una labor de evaluación de los daños ocasionados; es decir, se recogen datos para elaborar los cuadros estadísticos, haciendo un análisis descriptivo de lo acontecido pero no se enfrenta con rapidez y eficacia el problema que así lo requiere.

La prevención es el trabajo más importante que hay que priorizar, laborando en la preservación y cuidado de nuestros recursos naturales, los cuales tienen un enemigo común que afecta a todos los países del mundo, como es el cambio climático, el cual ha sido analizado en la COP27 (Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), realizada en Egipto, la cual se acaba de clausurar el pasado 18 de noviembre, después de trece días de debates y discusiones, y donde los acuerdos siempre, o casi siempre, quedan solo en el papel o, lo que es lo mismo, son una declaración de buenas intenciones que se proclaman en voz alta pero, que no respetan ni cumplen los países que estuvieron representados en dicha cumbre.

Es incomprensible e inaceptable que las autoridades municipales, regionales y nacionales dejen pasar tantos días sin haber tenido capacidad para reaccionar rápidamente, después de haber recibido la información del inicio de los incendios antes mencionados.

Preservar y cuidar nuestras riquezas naturales significa organizar y planificar planes de contingencia que permitan, inclusive con apoyo de la experiencia extranjera, poder enfrentar con rapidez y eficacia situaciones a las que estamos expuestos países, como los nuestros, que contamos con variado territorio que nos ofrece diversidad de productos que estamos obligados a asegurar su calidad y existencia.

El desarrollo tecnológico que hoy el mundo tiene a su alcance, y que para eso no necesitamos llegar ser una gran potencia, obliga a sus autoridades a ser suficientemente capaces de saber usar y aplicar esos recursos, para garantizar un ambiente donde el equilibrio ecológico esté suficientemente asegurado y, con ello, se asegure el bienestar de la población.

La tala indiscriminada y sin control, que genera una real deforestación; la no efectiva supervisión de la extracción de productos marinos, que nos ofrece nuestro rico “Mar de Grau”; el poco control para evitar la contaminación de nuestros ríos y lagos son, entre otros, temas que deben estar en la agenda diaria de atención no únicamente de las autoridades encargadas de cumplir con esta función, sino de todas las instituciones u organismos constitucionales, sin excepción.

El ambiente natural en el que nos desarrollamos es un compromiso de todos mantenerlo y cuidarlo; razón por la cual, igualmente, todos, debemos de hacer algo que esté a nuestro alcance para contribuir a preservarlo.
En ese sentido, el esfuerzo de uno, sumado al de otros y al de sus autoridades, permitirán asegurarnos de que estamos en condiciones de poder enfrentar el cambio climático que se presenta ya como amenaza a la generación de hoy, así como a las que nos sustituirán.

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