Hasta que la cloaca estalló…
Cuando nuestro ingenuo Congreso se convenció de la evidencia en el inicio de los actos de ejecución del Ejecutivo para cerrarlo y hacerse del poder absoluto en el Perú, recién se posicionó para ingresar al desenlace de esta guerra política en la cual, el presidente tuvo un escenario libre para corromper funcionarios, infiltrar instituciones, cooptarlas y poner a su servicio a muchos congresistas con barreras morales endebles para asegurarse una votación que hiciera imposible una declaratoria de vacancia.
El obstáculo que no pudo superar Castillo fue la negativa de las FFAA y PNP de apoyar el zarpazo que tenía planeado contra el Congreso, hecho que provocó la renuncia del ministro de Defensa de turno.
A partir de ese momento apareció en toda su dimensión la condición de operador que el plan de gobierno con el cual Castillo llegó al poder, le asignaba, porque expresamente allí se consignó que el gobierno era del Partido Comunista del Perú Marxista, Leninista y Mariateguista.
Para los incautos, ingenuos, pero más que todo, necios, que se declararon luchadores anticorrupción quienes, a ciegas, apoyaron a Castillo para su acceso al poder creyendo que era un humilde maestro rural, campesino, cholito, pobrecito y demás ridiculeces que solo demuestran la baja autoestima de los que así actuaron, nunca leyeron, ni el plan de gobierno de Castillo ni estudiaron sus antecedentes para darse cuenta de lo evidente: que como sindicalista magisterial casi nunca dictó clases, que no era ningún campesino, que lideró un paro magisterial impulsado por el Conare, brazo operativo del Movadef, órgano de fachada de Sendero Luminoso, para quitarle a Patria Roja su influencia en el Sutep y hacerse de la Derrama Magisterial, razón por la cual, una de las primeras medidas del ministro de Trabajo fue el reconocimiento del Fenatep para tomar por asalto la educación peruana para destruir la mentalidad de nuestros niños con su nefasta ideología.
Les pareció normal el asalto del Ministerio del Interior por parte del Ejecutivo y la toma de los servicios de inteligencia colocando personajes cuya imagen no provocara temores ni reacciones inmediatas en una población adormecida aún por las atrocidades cometidas por el lagarto, en cuyo gobierno se ensayó lo que Castillo estaba poniendo en práctica.
Ahora ya se quitó la careta pues tiene el Ministerio del Interior, ha colocado a un general retirado, activo aliado del Movadef, como jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia y en Defensa a otro general retirado con la ideología del gobierno.
Sin embargo, las aguas servidas de la inmoralidad y el delito estancados en el Palacio de Gobierno desbordaron todos los cauces al hacerse públicas, declaraciones, audios, videos y negociados narrados por ex funcionarios del régimen, apuntando directamente al presidente como cabeza de la mafiosa actividad enlazada con empresarios, funcionarios públicos, congresistas, periodistas, en suma, generando un escenario donde la suciedad corre por todos los cauces institucionales. Si no lo vacan ahora, nos esperan momentos aciagos.
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