Hasta cuándo la violencia
Desde que apareció el terrorismo asesino de Sendero Luminoso y el MRTA, la sociedad peruana vive bajo el manto de la violencia. Luego, ya hace un tiempo, la delincuencia se instaló como una pandemia entre nosotros, hoy potenciada por las bandas venezolanas instaladas cómodamente en nuestro país. Los malos gobernantes como PPK hasta Castillo no tuvieron filtro con la migración venezolana. Entró de todo, incluida la megaorganización denominada el Tren de Aragua, transnacional del crimen llanero. Están bien armados y son especialistas en extorsión y sicariato.
La presidenta Boluarte le ha soplado la pluma a la Policía Nacional que, a pesar de sus enormes esfuerzos, está sobrepasada. Su expresidente, Pedro Castillo, vinculado a Movadef permitió que Sendero entrara al Ejecutivo y al Congreso. La formación izquierdista de la mandataria le impide asumir una lucha frontal contra la subversión. Solo cuando las huestes violentistas samaquearon a su gobierno a inicios de año reaccionó, aunque tibiamente.
Nuestra sociedad, Boluarte y el gobierno, aún no procesan la asonada de enero pasado, ni su enorme repercusión en la economía y en las instituciones. Tampoco digieren el hallazgo de una escuela de educación inicial en Trujillo donde se formaba a futuros terroristas, con padres de familia seguidores de Abimael Guzmán. Gravísimo. Pocos se preguntan si esta modalidad está enquistada en Puno, por ejemplo, o en Huancavelica y otras localidades donde Fenatep-Movadef tiene presencia. Los bolsillos de la gente y su espanto ante el robo acaparan su día a día.
A caballo entre el senderismo y la delincuencia surge otra modalidad “educativo criminal”. Alumnos de un colegio privado de San Juan de Lurigancho, distrito limeño en emergencia, amenazan de muerte a sus profesores, noble profesión, sino los aprueban. El audio dice así: “Metemos bala, voy a llevar mi granada de piña, señores, mi bazuca, mi mini UCI, mi ballesta. Al gordo nomás le voy a meter bala, lo voy a dejar como coladera. No se acerquen al carro del gordo porque lo voy a hacer explotar un coche bomba, peor que terrorista, peor que Sendero Luminoso”. Estremecedor, precoces delincuentes.
El sector Educación está perforado por la delincuencia. Dircote hizo notar que 4,819 firmantes del Movadef, organismo de fachada de Sendero Luminoso, son maestros y están en todas las regiones del país. A pocos les importa. La ministra de Educación flota y afirma no tener un marco legal para suspender a estos adherentes de Sendero Luminoso. Ojo, Movadef es ilegal y no se inscribió como partido político (eso pretendía), por su ideología violentista. Obviamente muchos de ellos transmiten en las aulas las ideas antisistema del terrorismo. Hay colegios privados que también lo hacen, pero los padres no revisan los textos.
En La Victoria, el MINEDU no ha podido detener la decisión de los padres de familia de no enviar a sus niños a la escuela por las amenazas de las bandas venezolanas. No es posible expulsar del país a estos delincuentes.
Venezuela no los recibe. Estamos inermes frente a la violencia. El gobierno no conversa y escucha a las fuerzas democráticas, ni estas presentan propuestas. Los ciudadanos somos el pescado del pan. El Ejecutivo insiste en que tenemos un plan y que se está ejecutando. Los partidos políticos remarcan que no hay plan alguno. Un ping pong que debe terminar.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.