Hacia un nuevo sistema pensionario voluntario y automático
Por: Carlos Repetto Castro, MBA e ingeniero CIP.
Somos una nación que tenemos mucho que agradecer, los sucesos recientes en los países vecinos, Ecuador, y Chile en particular, nos muestran que hay un descontento total. Por décadas en los países latinoamericanos se ha tratado de implantar modelos extranjeros para impulsar la economía y Chile ha sido considerado como el mejor estudiante del grupo.
Las manifestaciones chilenas originadas por alzas de precios de insumos básicos, la pobre calidad de los servicios médicos y de pensiones, sus AFP consideradas fallidas para el desconocedor, podrían ser consideradas extremas.
Sin embargo tenemos que tener en cuenta que aunque Chile es un referente en el crecimiento de la región latinoamericana, tanto que los peruanos copiamos muchos de sus sistemas y procesos en el Estado, la mayoría de su población es de clase media baja, empleados formales, viven económicamente ajustados, endeudados, con muy pocos servicios sociales, y no tienen esperanza a una mejoría pronta.
Subirle los costos de vida a esa mayoría de la población ha sido una política tan desacertada que el presidente Piñera ya dio marcha atrás y está proponiendo programas sociales.
Nosotros los peruanos tenemos que evitar de todas formas llegar a estos extremos. Para muchos el camino para el desarrollo peruano es que no exista la informalidad pero, como podemos ver, la formalidad laboral sin oportunidades laborales de crecimiento no conlleva a una mejor vida.
El sistema de las AFP peruanas, copiado del chileno, no funciona. No cumplirá con las expectativas. Una propuesta es que en vez de tener ese tipo de AFP, podríamos darle al ciudadano un sistema contribuidor dual que sea voluntario y automático.
Un sistema voluntario en que el trabajador apertura, por su propia voluntad, una cuenta de jubilación en una entidad financiera a la cual podría aportar voluntariamente una cantidad máxima por año; este dinero se podría invertir y no estaría sujeto a impuestos hasta que el aportante comience a retirar los fondos a los 65 años. Es más, el empleador podría aportar una cantidad a esta cuenta como beneficio a sus empleados lo cual proporcionaría a la empresa beneficios tributarios.
El sistema automático sería a través de las compras de los ciudadanos con boleta y factura; ahora que tenemos la boleta electrónica se podría destinar 3 % del IGV recaudado para una cuenta de jubilación del ciudadano que estaría disponible solo cuando el ciudadano cumpla 65 años, reitero. Este sistema automático nos permitiría recaudar más y el Estado bien podría considerar la reducción del IGV, que en la actualidad es un tema de discordia.
El Estado debe tener como meta principal siempre ofrecer más a sus ciudadanos. Perú debe ser un país dedicado al bienestar de su población en general y no solamente a un grupo.
Ojalá que lo acontecido en los países vecinos nos sirva de lección y nos demos cuenta que mientras no nos concentremos en dar más bienestar a la población, siempre vamos a tener estos potenciales problemas en el horizonte. Espero que esta idea sea bienvenida y se pueda llevar a cabo.