Guiados por la supervivencia
Mientras Castillo creía haber efectuado una audaz movida para asustar al Congreso, despertó el instinto de supervivencia de los congresistas. Por lo que todo parece indicar que el profesor mantiene intacta su capacidad para el suicidio político. Es así que ordenó difundir el acta del gabinete en la que se confirmaba oficialmente la intención de cerrar el Congreso. Con lo cual ofreció una herramienta muy valiosa justo en el momento en que el Legislativo estaba elaborando la presentación de la acción de amparo y la demanda competencial ante el Tribunal Constitucional. Con la difusión del acta y el nombramiento de Betssy Chávez para dirigir el nuevo gabinete de guerra, quedó “oficializada” la estrategia de disolver el Congreso. Ante esto los congresistas reaccionaron autorizando, con nada menos que 98 votos, al presidente del Congreso a presentar el recurso de amparo y una demanda competencial ante el TC; y admitiendo la moción de la tercera vacancia contra Castillo.
Una clara evidencia de que el Gobierno ha perdido el rumbo es que luego de lo anteriormente referido, la PCM Chávez repentinamente gira 180 grados e invoca a la calma, a la tranquilidad y llama al diálogo al Congreso, y tratando de evidenciar magnanimidad al mencionar “no hemos presentado una segunda cuestión de confianza”, obviamente nadie aceptó el falso llamado al diálogo. ¿Es que el oficialismo puede subestimar tanto a la oposición o solo se trata de plantear medidas para ganar tiempo?
Mientras tanto el TC ya admitió la cautelar presentada por el Legislativo, suspendiendo cualquier efecto que pudiera generarse de la decisión del Ejecutivo de entender como denegada la confianza solicitada por el ex PCM Aníbal Torres. Con lo cual la mesa está servida para presentar una acusación constitucional al presidente Castillo y a los ministros que aprobaron el acta de la sesión del gabinete hecha pública.
La situación es compleja, ya que la vacancia de Castillo acerca la posibilidad de un adelanto electoral, lo que no les gusta nada a algunos congresistas. Además cada vez es más evidente que hay un acuerdo para suspender o negar las acusaciones contra Dina Boluarte. Sin embargo el remedio puede ser peor que la enfermedad, ya que esta es una izquierdista mucho más formada ideológicamente que Castillo y con mayores vínculos con los caviares. Solo recordemos su incendiario discurso en Davos (Foro Económico Mundial) con el que espantó a los inversionistas.
Sin embargo hay dos temas que podrían conspirar contra la muy difícil meta de alcanzar los 87 votos requeridos para la vacancia. 1) El TC ya aprobó la cautelar que impide que el Gobierno pueda utilizar su particular interpretación de la confianza (negación fáctica), por lo que al sentirse “salvados” algunos congresistas podrían dejar de votar por la vacancia. 2) Algunos de los publicitados 73 votos con los que se admitió la moción de vacancia pueden haber sido efectuados simplemente para mejorar su capacidad de negociación con el Gobierno al momento de decidir si votan a favor o en contra de Castillo. Por lo que lo más prudente hubiera sido insistir con la suspensión presidencial y no priorizar la vacancia. No vaya a ser que si se fracasara por tercera vez, eso afectara la votación requerida para la suspensión.
