Guerra crea nuevos referentes del ambientalismo mundial

El ambientalismo mundial viene predicando durante tres décadas sobre la base del uso de las energías renovables, para la disminución de los gases de efecto invernadero y en el uso limitado en los recursos no renovables, que son indispensables para garantizar el suministro principalmente del sector electricidad en las horas de mayor demanda, aunque este punto no se utiliza en el discurso. Sin embargo, el conflicto entre Rusia y Ucrania llevará a inevitables cambios en el mundo de las realidades tangibles.

La guerra ha puesto en evidencia la alta vulnerabilidad europea al suministro energético desde la Federación Rusa, que del total de importaciones que realizan, le proporciona: el 25% del petróleo crudo, el 32% de combustibles derivados del petróleo, el 21% del gas natural licuado (LNG) y el 38% del gas natural que se transporta por ductos. Encontrar alternativas a esta dependencia no solo es complicada, sino que no es inmediata. La electromovilidad, la tecnología del hidrógeno y la generación termosolar, son insuficientes y aún no tienen precios competitivos.

Antes de la ocupación rusa a Ucrania, a fines del año pasado la Comisión Europea previendo lo que podía ocurrir, aunque no se imaginaba que la realidad iba a ser peor que lo proyectado, ya había propuesto que la energía nuclear y el uso del gas natural, fuesen consideradas como energías verdes hasta el año 2045. Este planteamiento que es consecuencia de una necesidad indubitable, de hecho, devendrá en replantear la calendarización de metas del Acuerdo de París sobre cambio climático del año 2015.

Adicionalmente, ante el desabastecimiento de fertilizantes nitrogenados que es uno de los orígenes de la crisis alimentaria, se pondrá en discusión, todavía no ha sucedido, el uso de biocombustibles, tanto del etanol como biodiésel. En ambos casos el debate será por centrar la producción en comestibles y en particular en el biodiésel, por el elevado precio actual que duplica a la cotización del crudo.

El caso del biodiésel en el Perú ameritará un análisis serio, si bien hoy genera un sobrecosto en el diésel de 1.8% (0.30 soles/galón), tiene gran efecto positivo en la generación de empleo en el área rural y en la disminución del cultivo del arbusto de coca.

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