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Guerra avisada y desconcierto general

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Fecha Publicación: 30/11/2022 - 23:50
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Desde la segunda vuelta electoral, analizando el contenido del programa de gobierno de Perú Libre, asumido por el entonces candidato Castillo, nos convencimos de que Sendero estaba a las puertas del poder, al que no pudo llegar con su infame lucha armada utilizando el terrorismo como medio y que, desde el poder, podía, con suma facilidad, destruir nuestro sistema democrático basado en el equilibrio de poderes, motivo por el cual nos declaramos desde ese tiempo en una oposición intransigente pues sabíamos que esta gente es experta en guerra política, donde el marco jurídico solo es un instrumento de juego táctico que no les merece respeto alguno ya que con su pretendida constituyente podían hacerlo trizas y legalizar de facto y de modo ilegal los actos cometidos en función de esos objetivos, aunque estos configuraran delitos conforme a la legislación común o constitucional.

El tiempo nos dio la razón. Las designaciones de funcionarios incompetentes para poner en jaque constante al Congreso mientras iban cooptando todas las instituciones con gente incondicional y corrompiendo de mil formas a congresistas y líderes institucionales para maniatar al Estado quebrando, además, sus sistemas de control en busca de impunidad, solo eran movimientos tácticos en el curso de su estrategia general de hacerse del poder absoluto.

Habiendo logrado el control de la policía, de los servicios de inteligencia, colocado como ministros en el sector Defensa a exmilitares sin personalidad y sin respeto institucional, además de neutralizar cualquier reacción del Congreso asegurándose votos de gente infame en abono de la impunidad presidencial, ya era notorio que nos hallábamos ante actos preparatorios para el quebrantamiento del orden constitucional.

En tal panorama, la actividad del ex primer ministro Aníbal Torres, quien sigue mandando en la PCM, era eficaz y efectiva porque la siguiente fase ya era el inicio de ejecución del plan totalitario para el cierre del Congreso utilizando el nefasto precedente consumado por el gobierno del lagarto, legitimado por un Tribunal Constitucional con gente incondicional al régimen vizcarrista.
No les importó un nuevo pronunciamiento del actual Tribunal Constitucional para que el primer ministro presentara un proyecto de ley ante el Congreso haciendo cuestión de confianza y el Congreso lo rechazó de plano.

El primer paso de ejecución de la agresión constitucional estaba dado y el Consejo de Ministros acordó declarar la respuesta del Congreso como una denegatoria formal de la confianza pedida, autoprovocando su propia crisis ministerial para conformar otro Consejo de Ministros, poniendo a la cabeza del mismo a una señora más radical que provocará la denegatoria de una segunda cuestión de confianza para cerrar el Legislativo y tener el poder absoluto.

Estando ya en curso la ejecución del ataque inconstitucional para impedir el funcionamiento del Congreso, sería torpe esperar a que se consume el quebrantamiento constitucional. La vacancia es la única salida.

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