Graña a la cubana
Odebrecht está bajo el escrutinio estadounidense por transferencias a la dictadura cubana, un tema no menor que podría alcanzar a los primos José y Hernando Graña, ex directivos de Graña y Montero, constructora consorciada con Odebrecht en más de una obra. En julio pasado el periodista ecuatoriano Andersson Boscan de “La Posta” sacó a luz nueva información sobre los pagos y sobornos ocultos de esa empresa. Para Thomas A. Shannon Jr., embajador de Estados Unidos en Brasil entre (2010-2013) y Secretario de Estado interino en los primeros meses del 2017, “Odebrecht y otras compañías trabajaron con el Partido de los Trabajadores desde el principio. Pero (…) el PT estaba construyendo un nuevo modelo de corrupción del siglo XXI” (The Miami Herald).
Los documentos filtrados a Boscan muestran que la constructura brasileña realizó pagos millonarios para proyectos en Cuba. El Nuevo Herald, de Miami, informó que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, ICIJ, ordenó y elaboró los informes basándose en el cuantioso material filtrado al periodista ecuatoriano y que encontró “correos electrónicos nunca antes vistos de Odebrecht, enviados entre 2007 y 2014, que indican cómo la compañía trató de ganarse el favor del clan Castro e intentó mantener fuera de la atención pública sus relaciones con Cuba”. Dice también que estos correos “fueron obtenidos originalmente por la página de periodismo investigativo IDL-Reporteros en Perú, pero no se habían publicado”. ¿Por qué?
La relación de Odebrecht con Cuba podría llevar a los Graña por caminos espinosos. Ellos ya han aceptado haber delinquido por eso se propusieron como colaboradores eficaces y evitarse así la prisión. Fueron, pues, parte del mecanismo brasileño de corrupción internacional, algo que negaron durante casi cuatro años, mintiendo ante la Fiscalía, la comisión investigadora del Congreso, su familias, amigos y socios. Hasta ahora los Graña no aportan información relevante para la Fiscalía; lo que deberían empezae a revelar es dónde está el dinero de los sobrecostos.
Según IDL-Reporteros el Consorcio IIRSA Norte (Odebrecht-Andrade Gutierrez-Graña y Montero), entre febrero y noviembre 2007, movió alrededor de once millones de dólares desviándolos hacia Constructora Área y Construmaq, destino también de fondos provenientes de Kleinfeld Services Ltd., controlada por Odebrecht, y siguiendo luego una compleja ruta de “lavado”.
El senador republicano Marco Rubio ha solicitado reabrir el caso de Odebrecht en Estados Unidos, no cabe duda que el departamento de Justicia procurará investigará si el dinero que pasó por el Perú terminó en Cuba, algo cataclísmico para la estrategia de los Graña, con agentes de justicia sobre los que tendrán nula influencia.