Gorriti y el pacto infame
Ha quedado comprobado que IDL-R, ONG que dirige Gustavo Gorriti, abastece de información selectiva y distorsionada a los fiscales Lava Jato. Esta información con la que los fiscales solicitan al PJ detenciones preliminares y prisiones preventivas, le sirve a Vizcarra en su objetivo de librarse de sus principales opositores políticos, que son precisamente a quienes Gorriti calumnia a diestra y siniestra, para después hacerse el desentendido. Aquí hay un claro juego en pared (¿u organización delictiva?) entre Vizcarra y Gorriti. ¿Qué gana cada uno de ellos? Vizcarra ya tiene en prisión a Keiko Fujimori y su otrora poderosa oposición congresal carece de norte y liderazgo, y trata de hacer lo mismo con Alan García. Por otro lado, Gorriti busca impunidad para sus jefes y socios. Gorriti con el apoyo de la concentración de medios, se ha convertido en el personaje clave en todo el aparato de blindaje a los aliados del Gobierno (Toledo, Humala, Graña y Villarán) y demolición a los adversarios del régimen. Para el director de IDL-R en el caso de Humala “solo ha habido verborrea y exceso”, cuando todos sabemos que Humala y Heredia recibieron millones del chavismo, Odebrecht y el
Club de la Construcción. Recordemos que su exjefe Toledo ha recibido más de 40 millones de dólares en coimas y hoy se encuentra prófugo de la justicia. ¿Con qué moral puede decir Gorriti que hace periodismo objetivo y que lucha contra la corrupción si era asesor de un presidente probadamente corrupto y recibe millones de Soros, la misma fuente de financiamiento de Toledo? Ahora bien, ¿por qué el abanderado del periodismo “independiente” también encubre a Villarán? Susana Villarán ha sido parte de la directiva de IDL como acredita Sunarp y cogobierna con Vizcarra, por ello la exalcaldesa más inoperante de la historia de Lima también goza de impunidad. Villarán no entregó ninguna obra, pero sí entregó a cambio de una coima de 3 millones de dólares la concesión de los peajes en Rutas de Lima, a favor de los brasileros, afectando la economía de la ciudadanía, tal y como lo ratifican las delaciones de Barata y otros funcionarios. Gorriti habla a media voz, consecuencia de su pacto infame con los aliados corruptos de Vizcarra. Es un personaje siniestro que hoy maneja los hilos del poder político, periodístico y de la justicia al estilo Vladimiro Montesinos.
POR ALEXANDER TORRES FIGALLO
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