Golpe a los golpistas
Ya sean de derecha o izquierda, quienes osen perpetrar un golpe de Estado deben terminar tras las rejas. En efecto, los expresidentes Alberto Fujimori y Pedro Castillo se encuentran en el penal de Barbadillo, en Ate: ambos quebraron el orden constitucional. El profesor rural, a diferencia de Fujimori, no contó con el respaldo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, por lo que no pudo concretar su golpe.
Pero el aspirante a tirano no actuó solo, pues, de acuerdo a lo que se ha podido conocer, Aníbal Torres y Betssy Chávez fueron sus cómplices directos. La participación de los exministros Roberto Sánchez y Willy Huerta aún está en duda, aunque este último hizo posible que Castillo, tras perpetrar el golpe de Estado, hable con Raúl Alfaro, entonces comandante general de la PNP, a quien le pidió que detenga a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y que intervenga el Congreso de la República.
Es inexplicable cómo el orate Torres sigue libre, a pesar de que no está enfermo -como falsamente argumentó su abogado comunista Duberlí Rodríguez-, cuando es evidente que el discurso golpista fue redactado por él: ¡Castillo repitió todas las estupideces que escupía el expremier cada vez que tenía una cámara al frente!
Quien sí ha sido ajusticiada es la belicosa Chávez. El Poder Judicial dictó esta semana 18 meses de prisión preventiva en su contra luego de acoger el pedido de la Fiscalía, que evidenció que la expresidenta del Consejo de Ministros ordenó ocultar todas las pruebas (no entregó su celular) e intentó refugiarse en la Embajada de México, pero reculó ante la detención de Pedro Castillo.
Otro que debería tener el mismo destino es el lagarto Martín Vizcarra. El Tribunal Constitucional determinó que la denegación fáctica de la cuestión de confianza, de la que se valió Vizcarra para disolver el Parlamento en el 2019, es contraria a la Constitución. Solo el Congreso, precisó el TC, puede determinar su rechazo, rehusamiento y su negatoria ante la propuesta del Ejecutivo. Se trata de un fallo histórico que evita que postulantes a sátrapas puedan hacer de las suyas.
Quien debería correr igual suerte es el actor Salvador del Solar, que tuvo el descaro de entrar a patadas al Hemiciclo para plantear una cuestión de confianza por la elección de los miembros del TC, pese a que es una competencia exclusiva y excluyente del Legislativo.
Así, la denuncia constitucional presentada por el congresista Alejandro Muñante contra ambos personajes, además de los otros exministros del lagarto, tiene que llegar hasta las últimas consecuencias, porque, en el Perú, el golpismo se paga con cárcel.
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