Gestión de Dina será referente para próximas elecciones

El conservadurismo peruano está en su zona de confort con el gobierno de Dina Boluarte, a pesar de que hay pequeños grupos que son severos críticos porque quisieran verla más autoritaria; son las excepciones que confirman la regla.

Después de la pésima gestión de Pedro Castillo, con cuestionadas personas colocadas en altos cargos públicos, a lo que se sumaba su discurso de ricos y pobres, del cual la actual mandataria fue militante, lo que ahora se vive les parece excelencia.

Todo indica que este gobierno llegará hasta julio de 2026 y los partidos inscritos para participar en una próxima elección lo toman a bien, creen que les dará tiempo a fortalecerse. Parece que no son conscientes de que la ciudadanía los identifica como aliados, sobre lo que deberán tener mucho cuidado, pues si los resultados son malos o magros, les jugará en contra en la nueva justa electoral.

No se le puede pedir a la actual administración que haga reformas, su estabilidad es precaria y no tiene representación parlamentaria propia, pero sí hay temas sobre los que debe exhibir avances, decir soluciones es demasiado ambicioso.

Por lo menos debe mostrar: nombramientos de funcionarios sin cuestionamientos, disciplina en el uso de los recursos públicos, señales de confianza al sector privado, transparencia en las decisiones, ejecución presupuestal efectiva en los ministerios y apoyo a los gobiernos regionales y locales para que también lo hagan, seguridad ciudadana, atención en el sistema de salud, eficiencia en el manejo de migraciones.

En nombramientos, los casos de los recientes ministros de Justicia y Trabajo, restan; en el uso de recursos, confianza a los privados y transparencia, el apoyo a Petroperú sin derrotero, es mala señal; la ejecución presupuestal a todo nivel aún es un enigma; en seguridad ciudadana estamos en mal momento, y la lista de espera en hospitales del Ministerio de Salud y EsSalud, va de mal en peor.

En migraciones conseguir pasaportes sigue siendo un drama y en la reciente crisis migratoria del sur del país debe mostrar cómo va a efectivizar las expulsiones y qué hará con las personas que han entrado al territorio y están en zona inhóspita.

Un mal manejo en temas sensibles allanará el camino a un antisistema.

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