Gaza, ganadores y perdedores
Hay un aspecto del cual no debemos tener ninguna duda, el gran perdedor de la actual guerra de Gaza, es el pueblo palestino que vive en esa franja desde hace varias generaciones.
El ataque asesino lanzado contra Israel el 7 de octubre último, iba traer las consecuencias que ahora estamos viendo. Sin embargo, la organización terrorista Hamás lanzó a esa acción sin tener en cuenta sus posibles resultados.
La gran pregunta es si Hamás ha ganado algo a costa del pueblo que dice proteger y que se ha convertido en su principal víctima. Quizás algún optimista dirá que sí ha ganado con la recuperación los presos que Israel está canjeando por los rehenes liberados hasta el momento.
Si a eso llamamos ganancia diría que se trata de una muy magra y además miserable, que los palestinos le deben reprochar a Hamás de aquí a la eternidad.
A esa pregunta debemos agregar otras, ¿cuáles son los países y las potencias económico-militares que están beneficiándose con la actual guerra? En mi opinión Rusia es el primer beneficiado cuando obtiene gratis, por lo menos así lo parece, un conflicto de grandes alcances en el Medio Oriente, que distrae al mundo de su agresión a Ucrania.
Esa distracción no tiene precio porque en la práctica obliga a los Estados Unidos a dividir sus recursos militares para apoyar a dos aliados simultáneamente. A Ucrania, al que proporciona todos tipo de ayuda militar a pesar de la oposición creciente en el Congreso e igualmente, a Israel donde ha enviado dos portaviones frente a sus costas.
En este balance de ganadores y perdedores quizás la República Popular China también estaría beneficiándose en la eventualidad que decidiera recuperar por la fuerza la isla de Taiwán, todavía en poder de su rival vencido en la guerra civil de hace 80 años y además importante centro de una actividad económica de productos de alta tecnología.
Taiwán es un Estado de facto no reconocido internacionalmente pero si de alguna manera encubierta por una mayoría de países en el mundo, entre ellos Perú. Para anexarla a la soberanía del gobierno chino, Xi Jinping tendría a su vez que lanzar a una operación anfibio naval que no solo sería rechazada por el propio gobierno taiwanés sino además por los Estados Unidos y posiblemente Japón y Corea. ¿Lo hará? El líder chino, sin duda, debe estar ponderando, los pros y los contras de lanzar una acción militar de ese alcance.
En suma cabe decir, que el mundo con el desarrollo simultáneo de las guerras en Ucrania y en el Medio Oriente es el tercer gran perjudicado. Todo conflicto militar origina riesgos previsibles e imprevisibles, se sabe como comienzan las guerras pero nunca como acaban, particularmente cuando sus actores potenciales tienen armamento nuclear.
Nunca podemos descartar que por causas no deseadas expresamente por ningún país, los conflictos adquieran una dimensión atómica. Si ocurriera un evento de esa magnitud, cabe recordar una antigua frase de Victor Andrés Belaunde; si hay un conflicto entre dos países pequeños, desaparece, el conflicto, si es entre un país grande y otro pequeño desaparece el segundo y si es entre dos superpotencias nucleares, desaparecen las Naciones Unidas. Humor negro pero lamentablemente cierto.
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