Gastando pólvora en gallinazos
La publicidad estatal es un recurso morboso y pervertido —al cual recurren todos los ineptos gobernantes de este país— para prostituir a los medios de información privados, usándolos como cajas de resonancia para promover los intereses del régimen de turno. ¡De ninguna manera, para solventar los problemas y/o las carencias de la nación! Empezando porque la fuente informativa es el Poder Ejecutivo, primer interesado en manipular a la ciudadanía a través de la prensa privada. ¡Porque la intención es imponer sus planes y proyectos contra viento y marea! Para lo cual abusa de la confianza que los lectores prestan a los medios de comunicación privados, en beneficio del inquilino de Palacio de Gobierno: esto, a efectos de transmitirle a Juan Pueblo ilusiones que finalmente no acaban de concretarse; ampliando la frustración y el rechazo de la opinión pública al trasladarles de esta manera el problema a los medios informativos particulares que —mañosamente— son contratados para servir de escudos al régimen de turno.
Recientemente, EXPRESO reveló que, según el portal Transparencia Económica del MEF, en año y medio —entre enero de 2018 y agosto de 2020— el gobierno del miserable Martín Vizcarra pagó la friolera de S/ 77’186,112 a los periódicos La República y El Comercio. Es más, con fecha 2 de septiembre de 2020, El Comercio S.A. recibió del Poder Ejecutivo S/ 15’933,530.79 más “por servicios múltiples”. Asimismo, dos contratos adicionales: uno firmado con Sunat (por S/ 1’709,601), y otro con Produce (por S/. 340,104). ¡Todo en pleno estado de emergencia por el COVID! Asimismo, la imprenta Amauta, propiedad de El Comercio, recibió del Ministerio de Educación S/. 17’880,555 por “impresión de cuadernos de matemática y guía de tutoría de educación secundaria”.
Estas son minucias comparadas al total de contratos suscritos por el Ejecutivo con ambos medios vendidos a un gobernante inhumano y corrupto como Vizcarra; fuera de los millones que les trasegaran Toledo, Humala y Sagasti. Puesto en evidencia, El Comercio sobrevive de las dádivas del Estado, porque su circulación es muy inferior a la de EXPRESO, que lidera la tabla de circulación de los diarios impresos nacionales, sin recurrir a aquella corruptela y humillación de pasarle el sombrero al gobernante, para luego informar como este ordene. Acá prima la independencia y veracidad, de lo que se jacta El Comercio usando un eslogan creado por generaciones anteriores, que ejercían el periodismo como corresponde. Nunca vendiendo su línea informativa.
Hoy este gobierno zombi compra la línea periodística a un puñado de diarios ofreciéndoles decenas de millones de soles dizque para informar sobre el censo. ¡Vaya tontería! En plena víspera de elecciones peligrosas, el gobierno se alista a realizar el Censo Nacional, ayudado por una mafia periodística hambrienta de fondos dispuesta a informar lo que le pidan.
El expresidente del Congreso, Ántero Flores-Aráoz, critica que el gobierno use los fondos del censo para beneficiar a amigos, “cuando lo necesario es racionalizar el gasto”. Y según el exparlamentario Víctor Andrés García Belaunde, “El censo requiere de charlas en colegios y universidades”, sugiriendo que podría convenir su postergación.
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