Ganando más por lo mismo a costa nuestra

Ha sido publicado en algunos medios, pero no los suficientes, un dato que debería escandalizar a los trabajadores honestos peruanos. Se trata de más evidencia de que el Estado peruano no está aquí para trabajar a favor de los peruanos, como el contrato social dicen que dice, sino que está aquí para aprovecharse de nosotros y asegurar un estilo de vida a aquellos privilegiados que conocieron en su momento a alguien dentro que los logró hacer contratar.
Y como un funcionario público, en la práctica, es “indespedible”, termina viviendo de los impuestos que nos chupan para toda la vida.
El BID ha publicado hace poco un documento en el que muestra que varios profesionales ganan considerablemente más en el sector público que haciendo lo mismo en el sector privado. Esto evidencia la injusticia real que existe en este país, en el que algunos pocos privilegiados, con los contactos suficientes y la capacidad de hacer presión política, pueden terminar viviendo del esfuerzo ajeno.
Por ejemplo, que un auxiliar de oficina gane 74 % más en el sector público que en el sector privado es sencillamente inaceptable. Es un abuso que no deberíamos permitir.
Pero quizás el caso más escandaloso e ilustrativo es el del profesor de primaria. El que trabaja en el sector público gana en promedio 64 % más que el que trabaja en un colegio privado. Y, a pesar de eso, vemos a los docentes del Ministerio de Educación reclamando todo el tiempo por aumentos y por mejores condiciones. Lo que estamos viendo aquí es que están ya bastante engreídos y sin autoridad moral alguna para excusar su bajo rendimiento por el supuesto bajo sueldo que tienen.
Y esto lo podemos decir con seguridad, porque contamos con evaluaciones que comparan la labor de estos docentes del sector público con los del sector privado. Y los públicos salen muy mal parados.
Entonces, ¿por qué sucede esto? Bueno, pues tenemos un grupo de personas que se aprovechan de sus contactos y su situación para acceder a beneficios extraordinarios. A eso se le llama corrupción. Lo vemos todo el tiempo: cuando paralizan el tráfico aéreo a menos que accedamos a subirles el sueldo; cuando dejan de enseñar a nuestros niños, a menos que les dejemos de evaluar; cuando amenazan con juicios a ministerios, a menos que les demos el control de un activo de todos los peruanos.
Todo eso es corrupción y ha estado creciendo y creciendo porque lo hemos permitido.
Esta situación demencial es la que explica, en buena medida, el incontrolable déficit fiscal que tenemos actualmente. Y por qué el gobierno es incapaz de meterlo de nuevo a la caja: porque no tiene el capital político para negociar con los sindicatos de funcionarios públicos, que aparentemente son los que gobiernan este país después de todo.
Y a la primera que trates de hacerles el pare, te organizan una marcha para hacerte recordar quién es realmente el que manda. Así es como cobran más por hacer lo mismo que tú. Y no olvides que el dinero que se llevan es el dinero que te quitaron en forma de impuestos.

Por Hans Rothgiesser

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