Gamarra: diseñando el futuro
Sobre el emporio comercial de Gamarra se han dicho muchas cosas y ha habido múltiples reconocimientos, como por ejemplo que es el centro comercial de los múltiples emprendedores de todo el Perú, encontrándose ahí todas las sangres, que representan a nuestra querida patria.
En este emporio comercial concentran sus fuerzas y ganas de salir adelante miles de emprendedores, logrando darle a Gamarra una imagen sostenible, haciéndose respetar, aquí en el país y en el exterior.
Pero lo que llama la atención es la ligereza de un informe con el número 2025 sobre barreras al comercio exterior de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, fuera de la realidad, ahí ha incluido a Gamarra en la lista de mercados notorios de piratería y falsificación. En ese documento se menciona que en el emporio comercial se comercializan grandes volúmenes de prendas falsificadas, afectando derechos de propiedad intelectual de marcas internacionales.
Esta acusación representa una amenaza reputacional seria. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial en el rubro de confecciones, concentrando el 70 por ciento de nuestras exportaciones textiles, las cuales superaron los 1,483 millones de dólares, representando un crecimiento del 12.1 por ciento respecto al año anterior. La permanencia en esta lista podría apuntar a una mayor fiscalización e incluso a la imposición de nuevas barreras no arancelarias.
Esta situación pone en riesgo las oportunidades de exportación para cientos de micro y pequeños empresarios formales que no tienen ningún vínculo con actividades de piratería.
A pesar de ello, hay razones para respirar optimismo. La guerra comercial entre los Estados Unidos y China impulsó un proceso de nearshoring, que conduce a los importadores estadounidenses a buscar proveedores más cercanos, confiables y sostenibles. El Perú tiene ventajas comparativas claras: fibras de alta calidad, como el algodón pima y tanguis, así como una mano de obra especializada. Estamos entonces ante una oportunidad única para acceder al mercado norteamericano si garantizamos trazabilidad, cumplimiento normativo e innovación.
Desde esta columna proponemos una hoja de ruta para transformar este reto en una oportunidad concreta de desarrollo. Sin embargo, es urgente facilitar el registro de marcas, siendo urgente la simplificación de este proceso, reduciendo los costos y permitiendo que más mypes accedan a esta herramienta para su desarrollo, diferenciación e innovación.
Además, se debe impulsar la reconversión productiva de aquellas empresas que aún operan en la informalidad o con prácticas cuestionables. Fomentar la formalización a través de incentivos tributarios, como descuentos por pronto pago y la creación de zonas económicas especiales, con reducciones en el IGV y el impuesto a la renta que compensen eventuales sobrecostos por medidas arancelarias de Estados Unidos.
También se debe tener en cuenta el acceso al crédito asequible, promoviendo líneas de financiamiento con tasas anuales de un solo dígito. Sin crédito barato no hay innovación ni competitividad; el crédito debe ser una herramienta real de inclusión.
Asimismo, se debe fortalecer el programa Innóvate, ampliando la participación de las mypes, financiando parcialmente proyectos de innovación, maquinaria y diseño. Es necesario establecer límites razonables para asegurar la rotación de beneficiarios.
Del mismo modo, se debe concientizar al consumidor, lanzando campañas.
Por Valeria Mezarina Avia
(*) Presidenta de la Asociación Peruana Gamarra Emprende
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