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Gabriela y Solsiret

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Fecha Publicación: 23/10/2022 - 22:05
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Una feminista resentida asesinó a otra feminista. Solsiret Rodríguez era una activista feminista de sólo 23 años que participó en la primera marcha Ni Una Menos: una movilización multitudinaria a la que asistieron aproximadamente 500 mil peruanos mostrando el total rechazo contra la violencia hacia la mujer. Pero, más de tres años después de su desaparición y evidente muerte, el Perú entero supo que la joven madre y feminista había sido asesinada por otra feminista de cabellos morados.

En este país de “violadores y asesinos machistas”, nuestras amigas luchadoras contra la violencia hacia la mujer apuntaron sus dardos indignados en contra del padre de los hijos de Solsiret. Jamás se detuvieron a analizar el escenario y entorno completo que envolvía a la víctima. Como siempre, la verdad les reventó en la cara y quedaron como payasas al conocer que una de sus “aliadas” era la autora del crimen. Y no sólo eso: la asesina tenía la cabeza de Solsiret escondida y momificada en su armario: enferma, asesina, feminista y loca.

Gabriela Sevilla, una mujer de 30 años, capturó la atención del Perú entero al aparecer como “secuestrada”, “embarazada” y “a punto de dar a luz”. ¿Quién o quiénes fueron los primeros en lanzar una noticia falsa? Al parecer, nuestros amigos de ATV. Puedo decir con total certeza que no me sorprende. He sido testigo y protagonista de sus titulares falsos y sensacionalistas creados por sus productores, con el único afán de vender una “noticia”. Sin embargo, quienes nunca terminan de sorprender son las feministas rabiosas, que no usan la única neurona que tienen para analizar el contexto de la historia que ha hecho noticia.

¿Qué hacía una mujer, “a punto de dar a luz”, sola, sin el cuidado de nadie, sin su esposo? ¿Gabriela Sevilla pertenece al grupo de mujeres vulnerables que no cuentan con el poder económico para ingresar a un servicio de salud de calidad? Definitivamente, no. Ella menciona que fue dopada, drogada o como lo quieran llamar. ¿Cómo es posible que una mujer dopada sea capaz de dar a luz sin tener la fuerza suficiente para pujar? Gabriela Sevilla jura que tiene los papeles que demuestran que su “bebé” existía. ¿Por qué no mostró los documentos?

Estas son preguntas que las feministas irracionales jamás se hacen. Pidieron la cárcel para el esposo, casi linchan al taxista, lanzaron la culpa al patriarcado y el sistema opresor -totalmente ridículas-, pero jamás cuestionaron a Gabriela Sevilla; así como jamás cuestionaron a la enferma mental de Andrea Aguirre, la feminista que asesinó a Solsiret Rodríguez. Para este grupo de mujeres eternamente indignadas no existe el Estado de Derecho, ni el uso efectivo de las neuronas en su cerebro.

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