Gabinete descompuesto
El pasado 4 de abril, el gabinete Del Solar obtuvo el voto de confianza del Congreso de la República luego que asumiera funciones el 11 de marzo en curso. El total de votos a favor (46) fue menor a la suma de votos en contra y abstenciones (27 y 21, respectivamente). Se trató de la votación más baja obtenida por un gabinete desde que existe tal votación según la Constitución de 1993. Previo a ella, solo se exponía y debatía el programa general de gobierno del nuevo gabinete, sin que hubiera votación del Congreso.
Sin duda un mal comienzo para este gabinete, que a la evidente falta de méritos de buena parte de sus integrantes, comenzando por su propio presidente, añadió serios cuestionamientos respecto de algunos de ellos. El broche de oro lo puso el pobrísimo contenido de la presentación y de las respuestas a las inquietudes planteadas sobre ella por los parlamentarios de diversas bancadas.
Cae por su propio peso que muchos de los votos en abstención y hasta algunos a favor de la confianza provinieron de congresistas que no quisieron arriesgar la injusta atribución de ser obstruccionistas, mote que la prensa estimulada con avisaje estatal ha repartido contra la oposición responsable.
Cabe aquí hacer una reflexión, los ciudadanos conocemos cada uno de los votos emitidos y no emitidos en el Congreso de la República, pero no sabemos nada sobre los votos (ni los debates) ocurridos en el Consejo de Ministros, donde, de acuerdo a la Constitución, Art. 126, se adoptan los acuerdos por mayoría de votos. Va siendo evidente la necesidad de que en esa sede, salvando los temas que requieran reserva, sus sesiones sean públicas como lo son las del Congreso.
Lo que mal comienza termina acabando mal también. A menos de un mes de la mencionada presentación, no solo el artista escénico que actúa como presidente del Consejo de Ministros no ha logrado siquiera parar la tendencia al desplome en la aceptación popular del presidente de la República Vizcarra, según las encuestas (tan caras para el Gobierno), sino que ya debieron renunciar dos ministros y otra arriesga incluso una censura.
Todo apunta, sin embargo, a que ambas renuncias, según algunos forzadas desde Palacio, más allá de su pertinencia, llevan además el intento de distraer la atención sobre la ministra de Educación, responsable de la preparación de libros obscenos repartidos a los alumnos de educación básica, que no debió juramentar y debió irse hace más de una semana.
De pronóstico reservado el actual gabinete.