Fraude madurista en marcha
Desde el viernes el régimen del camionero Nicolás Maduro ultima los últimos detalles del fraude para las elecciones de hoy. Nadie creerá si sale victorioso, en un país donde 81% de la población sobrevive en la pobreza, gracias a él y su banda de hampones.
Más de media Venezuela tendría que ser suicida para votar por quien le mata de a poquitos, le persigue, encarcela, lo calla y obliga a despedir a millones de los suyos que parten en busca de libertad y oportunidades para ayudar a sus pauperizadas familias.
Más de 15,800 personas, en total, han sido arrestados sin mediar razón, simplemente porque al dictador le dio ganas, así como a uno le puede provocar una taza de chocolate caliente. A este se le antojó encerrar a ese, al otro, al de más allá y así. Y lo hace porque tiene a los militares y a fiscales y jueces a su servicio, bien aceitados.
El mequetrefe del Palacio de Miraflores inhabilitó a su competidora más fuerte, María Corina Machado, con la excusa de que apoyó las sanciones impuestas por Estados Unidos. Además se ha asegurado que 21% del electorado no pueda votar. Aproximadamente 4,5 millones de venezolanos, fuera de su patria, no podrán ejercer su derecho al voto si no son residentes permanentes de otro país y/o si no tiene pasaporte. El tirano del Orinoco sabe que la mayoría de la diáspora venezolana es asilada o tiene permisos temporales.
Resulta patético que quienes ayer llamaron a tomar Lima, culpando a la presidente Boluarte por las muertes en las protestas violentistas tras el golpe de Castillo, sean las mismas que apoyan a Maduro. El tirano cuyas fuerzas represoras cargan sobre sus espaldas más de diez mil asesinatos (en protestas juveniles, y las más en ejecuciones extrajudiciales, fuera del ojo público en el Helicoide, otrora un centro comercial).
La esperanza de una Venezuela que ansía libertad, pan y justicia recae en Edmundo González Urrutia, el único candidato del grupo de María Corina que logró inscribirse y toda la oposición se le unió para no dispersar el voto. ¡Aprendan señores candidatos!
La persecución contra los opositores es tal que multan y hasta clausuran restaurantes por atender al candidato Gonzales, quien va siempre acompañado por la carismática Machado, cuyo arrastre popular es fortísimo, y por eso hace pocas semanas atentaron contra su vida, al dejar sin frenos a su vehículo.
A horas de las elecciones presidenciales, la persecución continúa. Anoche contrainteligencia militar (Dijecín) seguía asediando los hoteles para expulsar a los invitados de la oposición, bajo la falsedad que es “gente repudiada en sus países, son la extrema derecha, racista, fascista”.
El jefe de campaña del Masburro, perdón Maduro, -su ministro de comunicaciones Jorge Rodriguez- dijo el 22 de julio en una conferencia de prensa: “claro que vamos a aceptar los resultados, no solo las vamos a aceptar sino celebrar, porque ganaremos”.
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