Formar ciudadanos
Una de las muchas razones por las cuales doy gracias a la vida, además de las ya varias décadas que estoy en el mundo, desarrollando mis capacidades y vocaciones en distintas áreas, obviamente sin que falten las preocupaciones y sobresaltos normales, es la posibilidad de dictar clases desde hace ya más de una década en una joven universidad privada, comprometida con la calidad y que ha logrado su licenciamiento, y poder así tratar de transmitir a las nuevas generaciones el conocimiento y experiencia a los que tuve la oportunidad de acceder.
El natural transvase del saber de una generación a otra, tiene en mi caso una connotación especial ya que me ha tocado vivir en un momento y realidad en los que parece haber un estancamiento y hasta retroceso en la formación de las nuevas generación y ello precisamente en un contexto que, paradójicamente, resulta más exigente y contestatario.
El domingo último cumplí con entusiasmo y renovado ánimo la labor de coordinadora de Centro de Votación y también de personera de Mesa de Votación en las elecciones municipales y regionales, en representación de Fuerza Popular, partido al que me encuentro hoy afiliada como fujimorista que soy desde hace ya tres décadas. Mi tarea era parte del apoyo debido a la candidatura de una estupenda política y amiga, Cecilia Chacón, que aspiraba a la Alcaldía de San Borja y que ha logrado un encomiable lugar pese a competir sin tener la locomotora de una candidatura provincial.
Fue una jornada intensa, a la cabeza de un grupo de leales fujimoristas que actuaron como personeros, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, que nos multiplicamos en las tareas de cuidar los votos de nuestro partido y candidata, así como la limpieza y corrección del proceso electoral mismo. Pero también hubo ocasión para reflexionar –mirando sobre todo los resultados de la votación, así como la muy frecuente desconexión de los electores con la real trascendencia de su voto– sobre cuánto falta para alcanzar un nivel encomiable de formación ciudadana.
Participar en la vida política del país que es el meollo de aquello que llamamos Ciudadanía, condición que alcanzamos al cumplir la mayoría de edad teniendo la nacionalidad, supone tener un mínimo de conocimientos de lo que significa ser ciudadanos del Perú, comenzando por su historia, sus potencialidades y carencias y terminando por su sistema constitucional.
La Constitución Política que nos rige contiene los valores y reglas que sostiene nuestra vida como sociedad políticamente organizada. Urge conocerla, a su medida, desde los primeros años de la educación básica y en adelante.
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