¡Fiscalicen a las ONG!
Habría que ser excesivamente cándido para dar crédito a la información de El Comercio, vocero oficioso de las ONG, amenazando con que Estados Unidos y la Comunidad Europea “cuestionan” el dictámen aprobado por el Congreso peruano, para cambiar la ley sobre supervisión y fiscalización de los fondos declarados/secretos que reciben las ONG.
Revelamos, recientemente, que según la UIF entre los años 2018 y 2020 ingresaron para las ONG US$ 2,950’539,944.00 (¡casi tres mil millones de dólares!), por conceptos como Servicios Caritativos, Religiosos, Académicos; Centros de Investigación Científica; Promoción de actividades artísticas y culturales; representación/defensa de derechos de trabajadores; defensa de DD HH y Civiles de las minorías, etc. Compromete a 36 sectores que, sin responsabilidad fiscal alguna, se encuentran exonerados de toda aplicación tributaria y evaluación sectorial sobre exposición, incluso, a riesgos de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo. Hablamos del clan de ONG, u organizaciones sin fines de lucro. Reiteramos. ¡Sólo en tres años han recibido –desde el extranjero– casi US$ 3,000 millones de dólares para supuestos fines sociales! Sospechosamente, los aportes coinciden con el plazo durante el cual Perú soportó la mayor convulsión social de su historia, incitada por algaradas extremistas financiadas con fenomenales recursos financieros secretos, destinados a desatar una gran violencia en todo el territorio, incluyendo el incendio de ciudades, aeropuertos, comisarías, etc. Ocurrió a todo lo largo y ancho del país, incitadas por gente amparada en operadores disfrazados muy seguros de estar protegidos por poderes fácticos especializados en esos menesteres; vicio que, lamentablemente, nunca fue oportunamente investigado ni denunciado por las autoridades. Porque, amable lector, el secretismo en cualquiera de sus formas –particularmente la crematística– está relacionado al crimen que acaba atentando, precisamente, al país que lo permite. Lo atestiguan las sanguinarias tomas de ciudades. Incluyendo espacios estratégicos en la capital, como al interior del país. ¡Nada de esto hubiese sido posible sin aquellos US$ 3,000 millones que, coincidentemente, ingresaron al Perú entre 2018 y 2021! ¡Precisamente cuando el terrorismo –trajeado de movadef, fenate, etc.– armaba el putch que desembocó en el triunfo de su candidato, Pedro Castillo, apoyado por burócratas comunistas como Salas Arenas; y caviares manipuladores beneficiarios de los fondos secretos, libres de impuestos para sus oenegés; fuentes de ingresos para pasarla como millonarios.
Reiteramos nuestro comentario anterior. Si este Congreso busca reconciliarse con la sociedad, que sea firme con las oenegés que mantienen jaqueado al Perú, estableciendo lo que existe en todo país civilizado. Es decir, un padrón fiscal, laboral, financiero, etc. para registrar, a cada ONG, hasta el más mínimo detalle informativo; conminando jurídicamente a quienes las dirigen a responsabilizarse del pago de impuestos por todo movimiento que acote el Estado. ¡Como ocurre en cualquier nación civilizada! No haberlas fiscalizado por presiones mediáticas/políticas de la mafia caviar transnacional, permitió a la camorra caviar actuar de financista de las sanguinarias marchas que pusieron al Perú al borde de la guerra civil; facilitándole al comunismo/senderismo la manipulación de las elecciones de 2021; junto a la labor de zapa del JNE que, todavía, preside Salas Arenas. El resto es historia.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.