Fiscalía empeora
Todo indica que, con la conducción de la nueva fiscal de la Nación, Delia Espinoza, las cosas irán igual o peor en el desacreditado Ministerio Público.
Sus primeras acciones así lo indican. Ha anunciado que continuará la campaña contra la ley que devuelve la investigación preliminar a la policía, como era antes y como es en todos los países civilizados del mundo.
Como se sabe, una de las principales razones del descontrolado aumento de la criminalidad fue la absurda decisión, promovida por la mafia caviar, de quitar esa atribución a la PNP, con los resultados que estamos sufriendo todos los peruanos.
Espinoza presentará una demanda ante el Tribunal Constitucional. Está en su derecho y es el camino legal si quiere impugnar la ley. Lo que es inconstitucional es lo que hizo hace poco con los otros fiscales supremos: advertir que desacatarían la ley y promulgar un reglamento incitando a todos los fiscales a no aplicarla.
Por eso hemos denunciado constitucionalmente, con José Cueto y Alfredo Azurín, a Espinoza y a todos los fiscales supremos que cometieron ese atropello.
Un gesto simbólico de Espinoza, que retrata su intolerancia y obcecación, es que para su juramentación no invitó a la presidenta de la República ni al del Congreso. Una cosa es que pueda discrepar o tener malas relaciones personales, y otra muy distinta es esa clase de muecas que enturbian innecesariamente las ya complicadas relaciones entre autoridades.
Además, por supuesto, sigue alentando a los fiscales que violan la ley que precisa los alcances de la lesa humanidad, y que continúan persiguiendo y encarcelando a militares y policías que derrotaron al terrorismo.
En suma, una mala noticia para la inmensa mayoría de peruanos. Y una buena noticia para los delincuentes y herederos y cómplices del terrorismo.
Otrosí digo. Caviares, antauristas, mineros ilegales y otros grupos delincuenciales han anunciado, ruidosa y estrepitosamente, que buscan hacer fracasar la reunión de APEC esta semana.
Quieren promover manifestaciones violentas como las de noviembre de 2020 o las que pretendieron restaurar en el poder a Pedro Castillo desde diciembre de 2022. Es decir, asonadas con muertos y heridos que, en este caso, proyectarían la imagen de un país ingobernable, sumido en el caos.
Para este evento, en el que se ha anunciado la participación de los gobernantes de EE. UU., China y varios otros importantes países, vendrán al Perú miles de empresarios, periodistas y altos funcionarios.
Este despropósito tiene como objetivo derrocar a Dina Boluarte y colocar en el gobierno a alguien como el nefasto Francisco Sagasti, que precisamente posibilitó que Castillo y Boluarte se instalaran en Palacio.
Si para ello perjudican al país, no les importa. Si disuaden a los ya preocupados empresarios de invertir en el Perú, impidiendo que se creen empleos, no interesa.
De hecho, ya se ha afectado a todos, obligando al Gobierno a decretar feriados, cierre de escuelas y oficinas públicas, etc.
Es indispensable acabar con esa funesta coalición para superar esta inacabable crisis.
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