Fábrica de jugadores

Mientras se echan la culpa Belgrano y Ureña para saber a ciencia cierta que pasó en su inopinada y frustrada (por ahora) transferencia, sacando el cuerpo de cualquier responsabilidad Universitario, la televisión argentina que monopoliza las informaciones del fútbol mundial da una versión que nos deja con la boca abierta.
Hablan del sudamericano sub 20 que se juega en Venezuela y luego de comentar las victorias de los pibes, en la que destaca esa goleada humillante sobre Brasil por 6 a 0, no se tiene ninguna duda en afirmar que el seleccionado dirigido por Diego Placente tiene un valor en el mercado internacional de 240 millones de dólares.
Lo primero que se nos puede ocurrir es comparar y dejar por los suelos al fútbol peruano, pero esa crueldad no se nos cruza por la mente, porque sabemos positivamente que estamos a distancias siderales de siquiera hacer alguna aproximación con una realidad llena de figuras en un mercado promisorio a perpetuidad que bien podríamos llamar es una verdadera “fábrica de jugadores”.
Los títulos que Argentina ha conseguido en todas sus categorías además de la permanente exportación de jugadores a Europa como uno de sus principales destinos, luciendo su nivel no sólo en la máxima categoría sino en torneos promocionales donde esa juventud se nutre de experiencia con elementos nacidos en el Viejo Mundo, es una fotografía que se repite cada tanto y que sólo cambia a los protagonistas.
La filosofía es la misma porque la formación es el catecismo cotidiano de las escuelas desde la edad más tierna, en la que quizás hasta los libros y los deberes escolares han quedado para “más adelante” porque hay tanto dinero de por medio que entre padres y familias pierden la noción de lo que el chico necesita como prioridad. Y este escenario no sería nada raro que se prolongue también en fútbol femenino, por ahora aún emergente en AFA.
Mirando nuestra realidad, no encontramos puntos de cercanía reconociendo que quisiéramos estar en ese camino, en el que existen hoy tantas diferencias y tanta distancia que es un imposible cualquier asomo, advirtiendo que no tener clubes sólidos, instituciones serias y comprometidas con el fútbol de menores es imposible alcanzar mejores objetivos.
Incluso en estos últimos años la FPF mostrando su más absoluta indiferencia con el fútbol formativo, perdiendo la brújula de su norte, no tiene o no alcanza a promover esos torneos que años atrás gozaban de gran difusión, incluso hasta con la televisión de cable y apoyo radial con coberturas en directo, es decir, un real estímulo para tantos jóvenes.
Sin embargo no faltó el “vivo” de la película que disfrazó a equipos de provincias para vestirlos con los colores más lejanos de su realidad, a fin de no verse sancionados por las autoridades federativas de ese entonces por no tener el plantel que las bases exigían. O sea que estos sujetos practicaban una verdadera sacada de vuelta sin el menor pudor.
Hoy que se siguen discutiendo los derechos de televisión y los repartos supuestamente equitativos para los 19, 18, 17 participantes o no sé cuántos jugarán en la liga 1 en breve. Nadie acierta de cómo transcurrirá el torneo si es que FIFA le pone el parche por haber llegado a la vía judicial con las demandas de Ayacucho FC y Binacional.
La verdad es que eso sería accesorio si nuestros clubes formaran jugadores y trabajaran en forma sostenida logrando los millonarios ingresos que se acumulan en otras latitudes. Nosotros fabricamos también, pero malos ejemplos.

Por Bruno Espósito Marsán

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