¡Execrable llamado a la violencia!

Mientras el Fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, y la ex Fiscal de la Nación –hoy restituida como Fiscal Suprema– Zoraida Ávalos se divertían el jueves bebiendo y bailando al compás de la música que interpretaba una gran orquesta contratada para alegrarles el ánimo a los sufridos fiscales –ésta vez, con motivo del Día del Padre–, la máquina caviar, que todavía dirige el operador Gustavo Gorriti, apretaba el acelerador en su peligrosísima carrera para quebrantar el orden constitucional, impidiendo que los congresistas de la República ejerzan su función constitucional de legislar. Para lo cual, mientras la señora Ávalos contorsionaba su corpulencia bailando con alguien que aparentaba ser el crooner de la orquesta, los medios recibían la absolutamente insólita noticia que la Fiscalía de la Nación había decretado una convocatoria a la ciudadanía, para que se sume “a la defensa de la democracia y el Estado de Derecho”; ya que el Congreso de la República pretende socavarla “de aprobar los proyectos de ley para poner orden reformulando el desastroso sistema jurídico que hoy impera la República”. Los exaltados fiscales se referían a dos proyectos de ley: el que persigue la reorganización de la Junta Nacional de Justicia y aquel que propone crear la Escuela Nacional de la Magistratura.
La respuesta parlamentaria no se hizo esperar: “El Congreso de la República rechaza contundente y categóricamente el pronunciamiento del Ministerio Público respecto a proyectos de ley tramitados por la representación nacional. Exigimos respeto a la labor parlamentaria en arreglo al principio de separación de poderes. Los congresistas de la República velan por el respeto a la Constitución y a las leyes”. Según el destacado abogado Humberto Abanto, “El Congreso está debatiendo reformas constitucionales referidas a nuevas formas de selección de jueces y fiscales y modificaciones en la investigación del delito, encargando a la Policía la mayor responsabilidad en la etapa preliminar. (…) Y las reformas constitucionales no pueden ser objeto de control constitucional por parte del Ejecutivo; en consecuencia este tipo de comunicados de los fiscales no son más que un llamado a la anarquía y al caos, nada menos que por parte del garante de la legalidad”.
Gorriti y sus súbditos Villena, Ávalos y demás fiscales supremos violan la Constitución pretendiendo impedir que el Congreso cumpla su labor fundamental: legislar. Inclusive han tirado la primera piedra para sublevar al pueblo, convocando “a todas las instituciones democráticas (¿?) a sumarse a la defensa de la democracia (precisamente lo contrario a la realidad) que el Congreso pretende socavar.” Gorriti, Villena, Ávalos, Sánchez y demás fiscales supremos incitan a la violencia política en un país al borde del colapso social, político y económico. Semejante llamado al desorden y caos debe ser sofocado inmediatamente, destituyendo a todos los vocales supremos y a quienes integran la Junta Nacional de Justicia; y consiguientemente, la incorporación correspondiente, por Congreso, de sus reemplazantes previamente designados.
El país no puede permitir que un puñado de rebeldes se apropien de una institución tutelar, como el Ministerio Público, para satisfacer sus perversos intereses personales.

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