Esto no te lo dijo el chombo
La etiqueta de “golpistas” caló en el Congreso para aceptar una tregua con el Gobierno. El Parlamento no pudo deshacerse de esa etiqueta al no saber explicar las atribuciones que la Constitución le da para presentar una moción de vacancia presidencial.
Al Congreso le faltó calle para que en lenguaje sencillo pueda explicar que, al no existir los votos necesarios para una vacancia, lo natural es que las bancadas coordinen, en espacios públicos o privados, con el fin de llegar a un acuerdo que les permita continuar con su agenda política.
Tan mal han actuado que la opinión pública percibe que la “tregua” ha sido aceptada para que, en el supuesto de haber elecciones presidenciales, esta no alcance al Congreso y puedan mantener sus puestos de trabajo.
Lo paradójico es que el Gobierno, con toda la mochila de denuncias en la espalda, pareciera que viene actuando mejor en su política de comunicación “etiquetando” al Congreso y además con un aparente respaldo popular. Las movilizaciones por el cierre del Congreso, y otros mensajes desde provincias, dan la impresión de que tienen el respaldo soterrado de los gobiernos regionales y municipales; la razón estaría en la distribución del presupuesto público.
Esa es la diferencia entre lo que puede hacer el Gobierno con el manejo presupuestal y lo que no puede hacer el Congreso que está limitado por la Constitución para no aprobar nada que genere gasto público.
“Con la plata baila el mono” dice el viejo dicho popular y creo que ese es el origen del “colchón” político que estaría gestando el Gobierno, a pesar de que tiene en contra al 70% de la población.
De esa manera se va formando una ecuación política muy particular; el Gobierno estaría trabajando subterráneamente con la población que no está en el “radar de la política formal” para generarse bolsones para su defensa política en las profundidades del país usando a los gobiernos regionales y municipales.
Es decir, lo que hace el Gobierno es “ganar tiempo” a costa del Congreso que sigue en su hipótesis de la política formal cuando la batalla se daría por el lado de la política que nadie ve, es decir la informal.
No olvidemos que la luna tiene dos caras; aquella que vemos y aquella que no vemos.
En síntesis, creo que el control político y de fiscalización debe bajar hacia unos escalones más.
Ojo, que esto “no te lo dijo el chombo” .
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