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"Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí"

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Fecha Publicación: 28/08/2021 - 20:30
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Queridos hermanos:
Estamos ante el domingo XXII del tiempo ordinario. La primera lectura, tomada del Deuteronomio, invita al pueblo de Israel a seguir al Señor. No hay un Dios tan fuerte, tan grande como Yahveh, que cuando le invocamos Él nos responde. Las 10 palabras es la vida del hombre y del pueblo, por eso vivamos las 10 palabras qué dio Dios en el Sinaí, porque es la felicidad del hombre y es la ley natural. No es difícil de vivirlas, pidámosle al Señor y podremos transmitirla de padres a hijos en la liturgia familiar de transmisión de la fe.
Por eso responde con el Salmo 14: Señor ¿quién podrá hospedarse en tu tienda? ¿Qué significa “hospedarse en tu tienda”? Es poner en práctica esta palabra.
La segunda lectura es del apóstol Santiago y nos invita a hacer dóciles a la Palabra que se nos ha transmitido ¿qué nos da la salvación? Llevar a la práctica esta Palabra, no solamente escucharla, porque eso es engañarse a uno mismo, si no a ponerla en práctica. Esta es la religión pura e intachable, dice Santiago ¿qué significa hacer obras de caridad? significa visitar a los huérfanos, a las viudas, ayudar a los que están atribulados. Esta es la forma de manchar nuestras manos con el prójimo, el más pobre.
El Evangelio es de San Marcos. Dice que se acercó a Jesús un grupo de fariseos a increparle por qué los discípulos no se lavaban las manos y comían con las manos impuras. Jesús citando al profeta Isaías responde: hipócritas, este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí ¿No es esto lo que nos pasa actualmente en la Iglesia? honramos con los labios y no ponemos en práctica la Palabra, que es la vida eterna para cada uno de nosotros. Honrarla con los labios es hacer un culto vacío, porque, como dice San Marcos, no vamos a enseñar preceptos humanos sino el mandamiento de Dios, que es el camino para experimentar paz. Por eso no nos aferremos a las tradiciones de los hombres, porque ¿de dónde nacen las discusiones, la infelicidad que tenemos?, Nace del corazón del hombre, de allí salen las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la codicia, las injusticias, los fraudes, las divisiones entre nosotros, el desenfreno, la envidia, difamación, orgullo, la frivolidad; todas estas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro, es decir infeliz. Lo que Dios quiere es una vida entregada a Él y entregada a los hombres por amor a Jesucristo. Por eso ánimo hermanos, pongamos en práctica la Palabra y dejemos nuestro hombre viejo, nuestra hipocresía; y acerquémonos a los más débiles, que son los más pobres. Pidamos al Señor que esta palabra la llevemos a la práctica.
Que el Señor os bendiga con su paz, a sus familias y a los que leen y escuchan la Palabra de Dios.
+ Con mi bendición
Mons. José Luis del Palacio
Obispo E. del Callao

«Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí»

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