«Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí»

Queridos hermanos:

¡Feliz Navidad! Dice el Profeta Isaías: “Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que proclama la paz, que anuncia la buena noticia.” Por eso esta buena noticia es que puedes nacer de lo alto, como Jesús de Nazaret. Esta buena noticia que nos da hoy el profeta y que nos anuncia la Iglesia es auténtica y verdadera, histórica para ti y para mí. Puedes nacer de lo alto, escucha, en el escuchar está la vida eterna. Jesús ha venido a salvar al hombre. ¡Felicidades! Dios nace en Belén, en la “Casa del Pan”, que es Bet-lehem. Este pan tiene el poder de saciar nuestra infelicidad y nuestra hambre de eternidad.

Hemos respondido con el Salmo 97: “Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios, cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.” El Señor ha hecho una maravilla inmensa, se ha enamorado del hombre y quiere nacer en nuestro corazón, para que seamos hijos de Dios y tengamos su naturaleza. Por eso cantamos en este Salmo: el Señor da a conocer su salvación y revela a las naciones su justicia.
La segunda Palabra tomada de la Carta a los Hebreos dice: “En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas”. Hoy en la Iglesia hace falta anunciar la profecía, es decir, abrir el cielo al hombre de hoy. La profecía trae la salvación, es el kerigma que tiene el poder inmenso de desatar y de destruir nuestros demonios, y en esta etapa final nos ha hablado por su hijo, y le ha nombrado heredero de todo. Por eso, hermanos, la herencia que nos participa Jesús es poder experimentar gratuitamente el perdón de los pecados. Dios quiere hacer todo nuevo en nuestra vida. “Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy”, esto es lo que dice la palabra, tiene el poder de engendrar todo de nuevo. “Yo seré para ti un padre y tú serás para mí un hijo”.

El Evangelio que es de San Juan dice: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios”. Juan vino a dar testimonio de esta luz, sin embargo, nosotros no lo hemos recibido, lo hemos despreciado, lo hemos matado. Esta Palabra hecha carne es Jesús de Nazaret. Y ¿cómo viene Jesús? No tiene posada, nace en un establo, no en un palacio. Jesús acoge el establo y la miseria del hombre para nacer, para nacer dentro de ti y dentro de mí. Dios está cerca, el corazón de Dios se ha hecho carne, se ha hecho humilde; y este Niño viene con el poder de hermanar a los hombres, de destruir nuestra infidelidad, nuestros demonios. Este Niño es “Dios con nosotros”. Esta hermandad, esta comunión que crea Jesús, es la felicidad. Dios en Jesús Niño hace milagros, y ¿qué milagros? Nos devuelve la comunión, pasó lo viejo todo es nuevo. Hermano, te deseo un nuevo año lleno de vida con el nacimiento de Jesús en tu corazón, este corazón que Él nos da a nosotros, estas entrañas de misericordia. Él tiene el poder de romper la dureza de nuestros corazones que están anclados en el egoísmo, en el orgullo, la soberbia, en la ira, en la sexualidad, en el dinero, etc. Invoca este nombre, este Niño, y verás que es verdad.

Que el Señor os bendiga en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; a ti y a toda tu familia.

Mons. José Luis del Palacio

Obispo E. del Callao

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