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Este domingo tú decides

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Fecha Publicación: 08/04/2021 - 22:00
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Estamos llegando a uno de los hitos más importantes en el destino de nuestra Patria, este domingo 11 de abril. Es momento para la reflexión desapasionada y serena, considerando que la política -hoy y siempre, aquí y en todas partes- es una de las grandes fuerzas transformadoras que debe conducir con acierto hacia el desarrollo del hombre y de la colectividad en general.
El resultado apetecido en el actuar político depende, sin embargo, de la participación de todos nosotros, cualesquiera sean sus ideas, tendencias, propuestas y… supuestos. Tratándose de la responsabilidad política que no exceptúa a nadie, dueño de su criterio.

La política germina de las teorías que hay sobre ella. Asimismo, de las doctrinas filosóficas, sociológicas, económicas y de la experiencia. Pero, sobre todo, del razonamiento, del proceso intelectual que se haga con lucidez, sin el apasionamiento que obnubile, considerando que como resultado de la gestión política se define en gran medida la situación del hombre individual y de la colectividad en su conjunto.

La política como ciencia e institución, valdrá tanto como sea la acción de quienes la encarnan, orientan y cumplen, la apoyan o discrepan de sus postulados o ejercicio, con argumentos válidos. Toda la densidad de la relación política entre los hombres da la medida exacta de la distancia que separa la práctica política del conocimiento científico de sus reglas.
Esto induce a pensar en la conveniencia de un conocer político que oriente hacia el convencimiento de que el obrador político no puede florecer solamente en tiempo electoral; tampoco esporádicamente, según las circunstancias. Es una responsabilidad constante. Esta responsabilidad no se limita sólo al voto; se extiende también a la participación y vigilancia de la gestión de los elegidos y nombrados a cargo público.

La política, éticamente entendida –ligazón ésta que si se rompe desconcierta el propósito lógico, razonable de bien-, tiene como fin el bien público, lo cual se contradice con liderazgos partidistas, alejados de la reales necesidades de la comunidad, con vacíos programáticos y desatención de lo social y ético-cultural de parte de las organizaciones políticas.
Intervenir en política, interesarse por su ejercicio, es propio de la naturaleza humana y consustancial al ser social. Hay en el hombre una tendencia innata. Es una forma de libertad y de exponer la voluntad propia. Es un deber inherente al derecho de decidir, de escoger, de apoyar, de sugerir o de oponerse juiciosamente.

En toda competencia política es saludable que haya discrepancias. Son fruto de las desigualdades cuya existencia no puede negarse ni criticarse. Si no las hubiere no habría qué corregir, mejorar, ni hacer. Por esto, no caben abstenciones, la obra es de todos nosotros. Y no únicamente ahora -o en cada acto electoral-, sino cada día, siempre...
Habría que recordar aquí la enseñanza de Platón a los políticos: “El gobierno es como la tutela; vale el interés del pupilo y no las preferencias particulares del tutor...”.
Este domingo cumple tu deber de ciudadano.