Estados Unidos jala la alfombra
Rodeado de enemigos, el gobierno peruano de Dina Boluarte sólo contaba hasta el momento con un amigo incondicional: los Estados Unidos de América. Su embajadora había apoyado sin ambages la sucesión constitucional tras el fallido golpe de Castillo, mientras México, Colombia, Bolivia y Argentina se empecinaban en una ofensiva política y diplomática para rescatar al régimen caído y dinamitar el de Boluarte.
Pero el apoyo del Tío Sam era más que suficiente como para neutralizar la ira de esos países de medio pelo en la órbita del Foro de Sao Paulo, de Puebla y del socialismo del siglo XXI.
Esto parece haber cambiado esta semana cuando el subsecretario del Departamento de Estado para las Américas Brian Nichols, ex embajador de los Estados Unidos en el Perú, invocó desde la universidad de George Washington a que el Gobierno peruano y su Congreso lleguen a un acuerdo de adelanto de elecciones para que el pueblo “vuelva a creer en la democracia”.
¿Qué significa esto? Sin duda, como de quien viene, un mensaje claro de que Estados Unidos le ha jalado la alfombra al régimen de Boluarte y al Congreso y que ese apoyo incondicional ya no existe más y, por el contrario, estará condicionado de aquí en adelante al malhadado mantra del adelanto de elecciones.
Por lo pronto Dina Boluarte acaba de ser reconocida en ceremonia oficial como la comandante suprema de las Fuerzas Armadas, su gran apoyo en este momento. De otro lado el Congreso ha ganado una batalla muy importante contra los caviares enquistados en el Poder Judicial posibilitando que puedan hacer uso de su facultad exclusiva y excluyente de elegir a las autoridades que la Constitución le concede. Así pues, ha quedado expedito el camino para elegir al nuevo Defensor del Pueblo para histeria de los caviares que querían que se quede la interina Revollar y que chillan en cuanto programa les dan micro.
También ha quedado libre la vía para la elección del tribuno constitucional que reemplace al saliente en el TC. Todo esto debería hacerse cuanto antes, pues los caviares son los primeros interesados en presionar a nivel internacional para que el régimen de Boluarte y del Congreso colapsen. Ya la ONU, a través de su relator en DD.HH, le ha solicitado al Gobierno peruano que en un plazo de 60 días explique por qué se produjeron los 60 muertos en las asonadas terroristas de diciembre y enero pasados.
En síntesis, apremia que la derecha deje bien amarrado el andamiaje de las instituciones tutelares de los poderes del Estado como el TC, la defensoría y otros para en caso de caer Boluarte por presión de Estados Unidos, el imperio caviar en el Perú se vea reducido a su mínima expresión. El tema de las consultorías es fundamental para desenmascararlos y deshumanizarlos ante un pueblo harto de comechados, al igual que ellos hacen con los congresistas. Ojo por ojo.
Por lo demás y hablando de ojos, también se debería poner la mira en quienes son en este momento sus caballos de Troya. ¿Marisol Pérez Tello quiere ser presidente caviar? ¿Por eso está en conciliábulos con Siomi Lerner? ¿Por eso la invitan sin representar a nadie (ya renunció al PPC) mañana, tarde y noche a canal N y a otros medios? ¿A santo de qué? ¿Ha comprado acciones? Lo mejor es sacar al fresco a todos estos que se pasean con bandera de cojudos como si no tuvieran agenda propia. En resumen, nadie sabe cuánto puede durar el gobierno de Boluarte, las FF.AA. y el Congreso. Todavía hay tareas pendientes para fumigar para siempre a rojos y caviares del poder.
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