EsSalud, urge enfrentar la corrupción y la ineficiencia (II)
Como hemos señalado en el artículo anterior, casi simultáneamente con el informe “Índice de riesgos de corrupción e inconducta funcional – INCO 2024” de la Contraloría General de la República, que posiciona a EsSalud en el primer lugar de las entidades públicas con el más alto índice de corrupción; la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para los países andinos, en diciembre del año 2023, publica el documento “El fortalecimiento de la gobernanza en el Consejo Directivo de EsSalud”, que señala un conjunto de deficiencias relacionadas con problemas de gestión y gobernanza, incumpliendo su rol establecido por la Ley 27056, Ley de creación de EsSalud.
La primera competencia no cumplida del Consejo Directivo: “Dictar las políticas y lineamientos institucionales, en concordancia con la Política Nacional de Salud”; en la práctica, no dicta ninguna política, se sujeta a los designios del presidente ejecutivo o de funcionarios de menor rango. Más penoso es el rol de los representantes de los trabajadores que, por desconocer herramientas de gestión institucional, su participación es muy pobre, como se puede observar en las actas de las sesiones del Consejo Directivo.
Expresiones patéticas del documento: “El Plan Estratégico Institucional (PEI) retrata la nula participación del Consejo Directivo de EsSalud en su elaboración, dicho rol quedó en manos de las gerencias de la institución. Así, en una sesión del Consejo Directivo se aprueba el PEI con un reducido intercambio de ideas entre los consejeros”.
Nunca hemos escuchado a los consejeros opinar sobre sostenibilidad financiera, ejecución del presupuesto, infraestructura, equipamiento, cobertura de las prestaciones de salud o de las reclamaciones presentadas por los asegurados. Son funciones incumplidas.
El documento reconoce a EsSalud como una institución disfuncional, con problemas en su organización, en los recursos humanos, en infraestructura y equipamiento. En pocas palabras, los modelos de gestión y de atención son desastrosos: “privilegia la oferta sobre la demanda, es decir, no está centrada en el beneficiario de las prestaciones”, claro indicio de ineficiencia y corrupción.
Una conclusión importante es: “El Consejo Directivo de EsSalud cuenta con las atribuciones para implementar una política de fortalecimiento de su gobernanza, en el plano normativo y en el plano organizacional”. ¡Eureka! Si es así, ¿qué esperan los consejeros para asumir realmente sus funciones establecidas en la ley? Más aún, los representantes de los trabajadores están obligados a defender y preservar el sistema de protección social más importante del país y del mundo: la seguridad social.
Por Santiago Vinces Rentería
(*) Secretario General del SINAMSSOP
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