Es necesario expulsar a extranjeros delincuentes
Medios periodísticos informan el deceso de la joven peruana que el domingo 19 de marzo en la plaza Dos de Mayo fue quemada por su expareja, un venezolano. El autor aún está libre. Este es otro delito cometido por venezolanos en el Perú.
El periodismo escrito, radial y televisivo informa de graves delitos cometidos por "inmigrantes" generalmente venezolanos, colombianos y de otros países que las autoridades de Migraciones han permitido que ingresen al Perú; hay muchos que han ingresado ilegalmente. Son miles de esos inmigrantes que –salvo excepciones– hacen del delito su modo de vida. Se jactan de sus “comodidades”.
Es conocido que delincuentes, mayormente venezolanos, se dedican al hurto, robo, estafa, asaltos con armas blancas o de fuego en calles, centros comerciales (restaurantes, chifas, farmacias, tiendas, grifos, oficinas, vehículos, etc.) y viviendas; también al tráfico de personas (mujeres, niños), drogas, secuestros, cobro de cupos a transportistas, prostitutas, construcciones, etc., al sicariato, falsificaciones.
Son miles de agraviados de los delincuentes que han perdido sus celulares, dinero, joyas, relojes, televisores, laptops, bienes de valor, vehículos (automóviles, camionetas, camiones, mototaxis, motocicletas, bicicletas). Causan lesiones y hasta asesinan. Forman bandas integradas también por peruanos. En los procesos ante el fiscal y el juez gozan de “defensores” especialistas.
Muchos son detenidos por la Policía, exhibidos en medios periodísticos, y puestos a disposición del fiscal de turno. Se conoce que muchos son juzgados en el Poder Judicial. Pero hay quienes, por razón que se desconoce, gozan de libertad y por ello prosiguen delinquiendo. Se informó que el gobierno peruano devolvió por avión a muchos a Venezuela, pero muchos se quedaron y son los miles de esos delincuentes quienes estremecen a la población.
Lo sustantivo de ese grave problema es que el gobierno peruano no solamente ha admitido que ingresen al Perú, sino que permite que se queden habitualmente y sin ningún control. Muchos son “inmigrantes” ilegales. La vecindad sufre las consecuencias de esa irracional actitud del Gobierno.
Los peruanos se merecen seguridad. Ante ello es necesario que todo extranjero que no pruebe que se gana la vida trabajando honestamente y que cometa delitos, sea expulsado del Perú, previo el trámite legal correspondiente. Los poderes del Estado deben normar la permanente prohibición de conceder “residencia” en el Perú a quien no acredite que tiene trabajo permanente en su país de origen o procedencia y que carece de antecedentes policiales y judiciales.
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