Es de tres, no de dos
Aclarando a los malpensados, nos referimos a las relaciones internacionales de Brasil, China y Perú, en que, tanto para el comercio entre Brasil con China, resulta menos oneroso hacer transporte multimodal, una parte en forma terrestre hasta llegar a puertos peruanos para luego embarcar las mercancías por vía marítima hasta China y viceversa. Lo mismo sucede para el comercio entre Perú con países europeos y del África, en que es menos costoso llevar las mercancías por vía terrestre hasta puertos brasileños y de allí ser embarcadas hacia el destino final por vía marítima, y también viceversa.
Tanto Brasil como China y el Perú lo tienen muy claro desde hace varias décadas, lo que se acredita con las vías terrestres IIRSA Norte e IIRSA Sur, que tienen por finalidad integrarnos por dichas vías a diversos países de nuestro hemisferio, pero principalmente a Brasil y al Perú, por estar sus puertos en el litoral atlántico y pacífico, respectivamente.
Teniéndose presente todo ello, capitales mayoritariamente de empresa china, complementados en menor magnitud con capitales de empresa minera peruana, han hecho posible el nuevo puerto de Chancay en su primera etapa, con tecnología de punta y con ánimo de que sea el puerto de América del Sur más fácil de conectarse con China en la ruta Chancay-Shanghái, que, como repetimos, no solamente mejorará el comercio internacional de nuestro país, sino el de Brasil.
Siempre se pensó que, en tal sistema de transporte multimodal, pudiera ser complementado con el transporte ferroviario, que, yendo desde el litoral atlántico en Brasil, llegase al litoral pacífico en el Perú, y viceversa, para mejorar las rutas de comercio marítimo con China.
Por ello, es que ha causado malestar enterarnos en nuestra patria que Brasil y China negociasen un memorándum de entendimiento para construir la vía ferroviaria que integrase territorios brasileños y peruanos.
El tema de la facilitación del comercio internacional de China, sea con Brasil o con Perú, es un tema de tres, pues las mercancías chinas que irán a Brasil, como las de Brasil que irán a China, en parte por vía terrestre (sea carretera o tren), necesariamente pasarán por territorio peruano.
De nada servirá a Brasil y a China ponerse de acuerdo en el trazo ferroviario que incluya territorio peruano, si es que el Perú no está de acuerdo y no otorga las autorizaciones gubernamentales requeridas, que también tendrán que ver no solo con nuestras prioridades, sino también con el medioambiente, puesto que necesariamente la vía ferroviaria tendría que pasar por territorio amazónico.
Por más que Brasil sea el coloso sudamericano y China el coloso que le disputa liderazgo a los Estados Unidos de América, eso no los autoriza al “ninguneo”, que es lo que sentimos los peruanos, teniendo la esperanza de que ello se solucione rápidamente, también teniendo en cuenta el prestigio de Torre Tagle, esto es, de nuestra Cancillería, conducida por diplomático de primerísimo nivel.
Respetos guardan respetos, sean grandes, medianos o pequeños los involucrados, sin excepción.
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