Entre la locura y la oligofrenia
Aníbal Torres siempre ha sido un respetado y admirado jurista, y ha escrito una serie de libros de derecho, para mí el más destacado libro que ha escrito es “Acto Jurídico”, una obra de 945 páginas, donde nos define la diferencia entre el hecho jurídico y el acto jurídico.
Todo lo que ha logrado durante años Aníbal Torres lo ha tirado por la borda por la ambición de poder y por ser cómplice de Pedro Castillo, involucrado en actos de corrupción junto a sus familiares más cercanos. No sé si ese cargo valga la pena para ser visto como un personajillo ambicioso de poder o, como algunos dicen, que el poder en algunas personas produce locura.
Cada vez que habla el primer ministro, dice cosas que solo una persona fuera de la realidad podría hacerlo o es el caso que Aníbal Torres está con demencia senil; hace cuatro semanas sin ninguna prueba dijo: “Que el Poder Judicial y la Fiscalía tenían un pacto corrupto para vacar al presidente Castillo”. No mostró ningún indicio o evidencia de lo denunciado, la intención era desprestigiar las investigaciones que hacen estas instituciones sobre corrupción sobre Pedro Castillo.
Guardó silencio unos días y volvió a abrir la boca para atacar a la Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, esta vez para defender lo indefendible, el acto delictivo realizado por un grupo de ronderos contra unos periodistas de América Televisión. En forma denigrante dijo que la labor de los ronderos era más eficiente que lo que hacen los militares y policías. Ante las críticas de la población solo le quedó sacar un Twitter y rectificarse.
Todo indica que estamos ante un premier interdicto, que cada vez que habla siembra el odio entre las personas; él lo ha logrado todo, pero no deja de lado su complejo de inferioridad.
Por lo consiguiente, tenemos un primer ministro con complejo de inferioridad y además con demencia senil, que cada vez que habla crea divisionismo entre los peruanos.
Pero no dejemos de lado al Presidente que juntos hacen una buena pareja que están llevando a la destrucción del país.
Pedro Castillo parece que fuera una persona con oligofrenia, por lo que dice en cada discurso, hablando incoherencias y mostrando ante el mundo su pequeña costra de cultura y conocimiento que tiene, dejando a los peruanos en ridículo.
Por lo tanto tenemos dos personas que dirigen el país, uno que parece que tuviera oligofrenia y el otro con demencia senil con inconstancia verbal, juntos son un peligro.
PD. Oligofrenia es la discapacidad mental que se caracteriza por una deficiencia en el desarrollo intelectual y alteraciones del sistema nervioso.
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