En las vísperas de las elecciones
Estamos a unos días de los comicios más sui géneris que ha tenido el Perú. Esto no ha sido nunca así, ni en el siglo XIX. No hay candidato con un mensaje, nadie figura como un caudillo. Por supuesto que no hay un Vivanco, un Pardo y, sobre todo, un Piérola. Va a resultar de todo esto el Congreso más negado y desilusionante de la historia de la República. Nadie tiene un programa, solo la hez de los politicastros peruanos será electa y de ellos se puede esperar una de estas dos cosas: abyecta adhesión al seudo presidente de la República o una postura obstruccionista sistemática. Al final la pelea va a ser entre los antiguos parlamentarios y los novísimos electos. Es el comienzo del caos, del desorden. Ante el caos el jefe de Estado volverá a disolver el primer Poder del Estado y se producirá una bancarrota del sistema. Pero la cosa no quedará allí y vendrá una guerra civil. ¿Quién ganará? No lo sé. Pero quien gané establecerá una dictadura draconiana. Y la democracia se volverá un sueño. Entraremos en una guerra civil y de ese anarquismo saldremos después de muchos años. Fijarse que en Sudamérica los cimientos están sacudidos. ahí está el caso chileno, el caso venezolano, el caso boliviano como prueba. Sí, señores estamos en el prólogo.
No se necesita ser un profeta para vaticinar que en el Perú viene una guerra civil. Sí. No es hacer de Nostradamus siniestro. Las condiciones están dadas. La sierra contra la costa, el norte contra el sur y la proliferación de caudillescos agitadores. Es previsible que el seudo presidente Vizcarra ante este cuadro tétrico disuelva el Parlamento para gobernar solo y eso no será tomado pacíficamente para el Perú. Vendrá violencia y más violencia y no sabemos qué saldrá a luz de este parto. La culpa de todo esto la tiene la fragilidad del Parlamento disuelto que no supo enfrentarse con virilidad a la medida inicua que se interpuso.
Haciendo de profeta y de Nostradamus y proyectándome sobre el mañana creo que el régimen apócrifo debe ser depuesto y Vizcarra apresado. En ese instante convocaremos a elecciones generales para una presidencia y una Asamblea Constituyente.Asamblea Constituyente, insisto. De allí saldrá una democracia segura con mecanismos de autodefensa. Escojamos ese camino o perecerá cualquier vestigio de democracia en el Perú.