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En el Día Internacional del Amigo

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Fecha Publicación: 30/07/2023 - 21:00
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Ayer, domingo 30 de julio, ha sido el “Día Internacional del Amigo”, proclamado por las Naciones Unidas en 2011, a propuesta de la Cruzada Mundial de la Amistad. La amistad es una relación afectiva única, intensa y especial y en permanente construcción -nunca se agota- entre dos o más personas.

Cuanto más estrecha más recíproca y ésta última no es la consecuencia del interés en esperar algo a cambio, sino el acrecentamiento del afecto que va ingresando en las entrañas del alma, que es distinto.

Es verdad que hay amistad de grupo y eso es bueno, pero la más profunda es la de dos, porque los sentimientos se entrelazan con frenesí, dando paso a la intimidad mutuamente querida y esperada, que es el mejor camino para llegar a la amistad profunda, aquella que ha sido dada por Dios, como lo recuerda el papa Francisco para quien “La amistad es un regalo de la vida y un don de Dios”.

La amistad de grupo también es importante, pero por su natural dispersión, se vuelve formal y llena de gratos cumplidos y en la que es normal que las relaciones sean de intensidades distintas entre sus miembros, y los amigos en verdad terminan siendo verdaderos grandes compañeros o grandes conocidos, que es distinto. Hay amigos especiales o favoritos -es hacia ellos a donde van las lealtades, todas juntándose en el canasto de los afectos, que nunca se llena- y eso no debería apenar ni sorprender a nadie. Jesús amó a todos sus apóstoles, pero prefirió a Pedro y a Juan y por eso, cuando éstos fallan el dolor se vuelve como inconmensurable.

No existe la amistad perpetua, pero es legítimo el camino de persiguirla y por eso debe ser a cada momento afirmada con palabras y con gestos -no hay amistad tácita-, porque ambas serán parte de la cosecha en el camino de la vida. Cuando yace bien construida, los amigos no necesitan verse o llamarse a cada rato. Es verdad, entonces, que la amistad puede acabar y casi siempre por el desencanto o la traición.

Nada más bajo que la condición humana del arribismo y de la negación de los amigos. El primero es peligrosísimo porque se utiliza al amigo que jamás lo fue y el segundo, es cobarde porque desnuda la naturaleza despreciable de la persona humana, casi siempre incapaz de mirarse en el espejo que lo aguarda listo para reprocharlo. Nadie debe ser amigo por cumplido, es mejor no serlo.

El amigo dice muchas veces lo que molesta o incomoda, pero lo dice por la felicidad y el éxito del otro, evitando en todo momento cultivar el resentimiento. Jamás se valora al amigo por lo que los demás digan de él sino por lo que nuestra experiencia y nuestro corazón nos manda. No son amigos los que se sienten rivales pues los amigos no compiten uno al otro; al contrario, se ayudan mutua y desinteresadamente. Los amigos pueden terminar como enemigos, muchas veces confundidos por las ideas, la política, la religión, la cultura, el dinero, los bienes, etc., y para que así no sea, será bueno que oren uno por el otro, recordando siempre la práctica del perdón porque Jesús dijo “ama a tu enemigo” (Mt. 5,43-44).

Sin duda, el perdón es el mejor camino del amor pues con Santa Teresa de Calcuta “…cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor”. ¡Feliz día, amigos en Perú y otras partes del mundo!

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