En el día de la Patria

En el Día de la Patria debemos, sin duda, reflexionar sobre el sentido de nuestra nacionalidad en un país heterogéneo y poco integrado como el nuestro, en el que coexisten una enorme cantidad de lenguas, culturas y etnias con tradiciones milenarias que muestran al mundo un refulgente mosaico, pero internamente provocan contradicciones y graves problemas jamás resueltos.

De forma errónea y cosmética se pretendió descentralizar mediante la conversión de nuestros “departamentos” en regiones, en algunos casos con fuertes presupuestos que han servido para poner en evidencia la conversión del Estado en un botín asaltado en forma inmisericorde, desde hace varias décadas, por una interminable cadena de personajes corruptos y voraces: el 96 por ciento de los alcaldes elegidos en las últimas 4 elecciones municipales han sido denunciados por actos de corrupción y los anteriores gobernadores regionales salieron acompañados por no menos de 500 denuncias penales.

¿Cómo hemos llegado a esta situación que, por lo demás, se refleja también en el Congreso de la República? Las elecciones de la mesa directiva han mostrado por segundo año consecutivo y de manera elocuente la existencia de una mayoría parlamentaria gestada no en función de ideas y programas, sino de los oscuros intereses de las maquinarias electorales ahí representadas.

En Palacio de Gobierno la situación no varía un ápice: un desgobierno de transición presidido por una señora incompetente que disfruta de un poder que no tiene capacidad de ejercer, lo cual combina con una frivolidad a prueba de Rolex, la ausencia de un equipo de trabajo y la carencia de un plan de gobierno, pero sí la audacia para quedarse, con un país entero a su merced, en esas condiciones.

Repito: ¿por qué hemos ido cuesta abajo en la rodada teniendo como tenemos un pueblo chambero y creativo y extraordinarias riquezas en todas nuestras ubérrimas regiones?

Una primera explicación se encuentra en la propia decrepitud de la mayor parte de los partidos políticos que, a diferencia de lo que sostuvo hace ya muchos un político alemán, no nacen ya como una unión de ideales para morir convertidos en una conjunción de intereses, sino que han perdido la mística y la convicción para dar paso a la codicia, el personalismo, la corrupción y la ignorancia, y quieren preservar el statu quo a través de plata como cancha y manejo mediático para satisfacción de ciertos sectores ciegos y sordos a las urgentes necesidades de nuestro país.
En el Día de la Patria debemos solemnemente recordar que somos libres y debemos serlo siempre, de cualquier yugo.

(*) Presidente de Perú Acción

Presidente del Consejo por la Paz

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