En busca de la producción perdida

No estoy pensando en Marcel Proust, sino en algo más tangible y volátil que es el petróleo, el llamado oro negro, escaso en algunos países, abundante en otros pero difícil de encontrar en la mayoría, dado que requiere de mucha tecnología no solo para ubicarlo en el subsuelo sino para hacerlo surgir a la superficie. El Perú se encuentra en la categoría de países cuya producción ha decaído muy significativamente en los últimos 40 años a pesar de que comenzó hace más de un siglo. Como dirían algunos los pozos se agotan, lo cual no necesariamente es correcto. En realidad, lo que sucede es que en los reservorios donde está contenido el petróleo se pierde la presión subterránea para que suba a la tubería y de ahí alcance el nivel del suelo. Entonces la pregunta del millón –literalmente– es encontrar el método para que ese petróleo existente en el reservorio pueda ser nuevamente recuperado para fines económicos.

¿Qué hacer y cómo? Una respuesta a esta incógnita es la utilización de ciertos productos naturales de origen vegetal, procesados con métodos de nanotecnología que los convierte en nanopartículas. Para tener una idea de este procesamiento debemos tener en cuenta que cien mil de estas nanopartículas caben en la punta de un alfiler, lo cual hace que penetren a profundidad dentro del reservorio permitiendo disolver las obstrucciones convirtiéndolas en sustancias líquidas.

Sin embargo, ¿qué efecto puede tener en la producción petrolera la utilización de esta novísima tecnología hasta ahora empleada con éxito en algunas operaciones en la costa norte peruana? Veamos el caso de ciertos pozos con problemas de obstrucciones en el reservorio y tuberías. Digamos un pozo cuya producción ha disminuido hasta 4 barriles diarios. Se han registrado experiencias en las que se inyecta el producto líquido y luego se le añade agua a temperatura normal para que disuelva, encapsule y elimine en forma líquida todas las obstrucciones. El efecto en determinados pozos ha sido aumentar la producción multiplicándola varias veces.

¿Es posible utilizar esta nueva tecnología en pozos de producción disminuida sin incurrir en un costo excesivo para la empresa petrolera? Hay varias fórmulas contractuales, una de ellas podría ser que el representante de la tecnología pacte el servicio con el productor específico, asumiendo el costo y el riesgo de la operación para retribuirse con un porcentaje a ser convenido respecto del incremento productivo del pozo. ¿Cuál podría ser el modelo a seguir? Certificar la producción actual del pozo, describir la tecnología a ser utilizada, y llevarla a cabo con todos los requisitos ambientales y de seguridad vigentes en la legislación petrolera. Algo adicional a tener en cuenta es que los productos utilizados por esta reciente tecnología son por su propia naturaleza ambientalmente seguros y eco amigables del entorno.

¿Me preguntarán por qué escribo estas líneas? Es el resultado de una larga conversación con una persona que se tomó la molestia de explicarme esta nueva metodología para recuperar petróleo, que es precisamente una de las necesidades más urgentes del Perú con el objeto de aumentar su PBI y llevar más bienestar a su pueblo.

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