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Emulemos el reconocimiento paraguayo de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental

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Fecha Publicación: 27/09/2025 - 20:30
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Paraguay se suma a la avalancha internacional de reconocimientos de la soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sáhara Occidental -el territorio más austral del país- y del contundente apoyo a la propuesta de autonomía para el referido Sáhara, presentada por Su Majestad, el rey alauita, Mohamed VI, a la Organización de las Naciones Unidas, en 2007, ganando dicha iniciativa los altos créditos de ser calificada como seria, realista y creíble, por el mayor foro político del planeta. Durante el último lustro, principalmente, las referidas adhesiones soberanas y unilaterales se han venido multiplicando exponencialmente, habiéndola decidido, nada más y nada menos -ojo para los que todo el tiempo están valorando la gravitación del poder y de la geopolítica, hoy centrales e imprescindibles para los intereses nacionales de cualquier Estado del mundo como el Perú-, tres de los cinco miembros permanentes del poderoso y estratégico Consejo de Seguridad de la ONU, es decir, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, y por si fuera poco, con ellos, Alemania, el miembro de la Unión Europea más consistente y estable, y, precedidos de España, la nación europea, antigua potencia ocupante, y directamente vinculada a la historia de Marruecos y de su Sáhara, del que se retiró en 1975, abriendo paso para que Rabat pudiera ejercer las plenitudes soberanas sobre su propio suelo, tal como lo reconoció la Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia, también en 1975, al consagrar que el Sáhara Occidental no era “Terra Nullius”, es decir, no era tierra de nadie porque era tierra de alguien, es decir, de Marruecos, una conclusión del mayor órgano judicial de las Naciones Unidas puesta en evidencia al enfatizar el reconocimiento de la fuerte vinculación histórica y de subordinación de las poblaciones saharauis respecto del monarca marroquí, emanada de una aquiescencia voluntaria y umbilical, a la que siguió otra, por la trascendental Marcha Verde, próxima a cumplir 50 años (1975-2025), el mayor desplazamiento pacífico ciudadano marroquí hacia el Sáhara, ante el llamado de su monarca para ocuparlo. Junto a los países mencionados, hay una larga lista de naciones del globo, entre ellas, las de América Latina. El marco para el referido reconocimiento paraguayo ha sido el 80° aniversario de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, poniendo al descubierto, una vez más, el inagotable esfuerzo de la diplomacia marroquí, que le saca el jugo a la circunstancia y a la oportunidad. La presidenta Dina Boluarte, en 2023, dio un importante paso al suspender las vinculaciones del Perú con la autoproclamada e inexistente “República Árabe Saharaui Democrática” (RASD), que su predecesor, Pedro Castillo, a pesar que de haberla roto definitivamente cuando fuera canciller, mal aconsejado, insólitamente la restableció, generando mi renuncia irrevocable. No será difícil dar otro paso conectando a Chancay con el explosivo y dominante mega puerto marroquí de Tánger (Estrecho de Gibraltar) y de Dahla, que sigue firme su ciclópea construcción en el Atlántico noroccidental africano, ensanchando nuestra proyección geopolítica. Los intereses del Perú exigen multilateralizar nuestra proyección estratégica. Comencemos abriendo un consulado en Dahla, en pleno Sáhara marroquí. Ganaremos por todos lados.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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