Elecciones parlamentarias podrían ser nulas
Tenemos a un presidente ensimismado que además se ufana de serlo. Con semejante carga negativa, nuestro país sólo podrá seguir yendo de mal en peor en tanto Vizcarra continúe usufructuando inconstitucionalmente la presidencia del país luego de cerrar arbitrariamente el Congreso y convertirse en un consumado autócrata. Analicemos. Ya es oficial que la economía peruana ha caído brutalmente bajo el mando de Vizcarra. Con suerte este año el PBI habrá crecido 2.3%. En rigor un serio retroceso. Además el BCR prevé una tasa semejante para el año 2020. Guarismo que podría caer, inclusive, según el resultado de esta cuestionable elección congresal de enero. Por cierto la tasa de natalidad peruana 2018 fue 1.2%. Pero no por uso de anticonceptivos u otros artilugios. Sencillamente por una altísima tasa de mortalidad que en promedio alcanzó 5.61%, con un 17.96% en el estrato infantil. Todo un récord planetario cortesía de nefastos e incapaces gobernantes como Humala, Kuczynski y Vizcarra. De otro lado el talante autocrático de Vizcarra lo lleva a fracturar cada día más el Estado de Derecho. Por ejemplo, abusando del fajín presidencial este déspota se entromete en un proceso electoral que él mismo ha fabricado para conseguir un Parlamento dócil y a su imagen y semejanza. Vale decir, incapaz, atropellador, irrespetuoso de la Carta Magna, afín al intervencionismo en los asuntos propios de otros poderes del Estado –el Judicial, por ejemplo- y hábil en cantarle la copla al Ministerio Público, entre tantísimos vicios que practica este mandatario tropical. Últimamente, en forma pública y utilizando el aparato estatal -como canal 7, la agencia Andina, la parafernalia de hueleguisos que pagan los contribuyentes para que viva como príncipe, etc.- Vizcarra ha exigido que los peruanos votemos por aquellos candidatos –afines suyos- que promuevan eliminar la inmunidad congresal. La cosa es clara. Sin inmunidad, los congresistas no podrían pronunciarse libremente pues serían pasibles de ser demandados por difamación, por citar un caso. Lo que más bien habría que proponer es re-gu-lar la inmunidad parlamentaria. Aunque también re-gu-lar la inmunidad del jefe del Ejecutivo. ¿Cómo? Ciñéndolas solamente a delitos que no infrinjan la Constitución ni el Código Penal. Siempre y cuando, además, los crímenes en materia penal/constitucional hayan sido cometidos antes de asumir el cargo. Lo demás es vulgar manipulación de un presidente mandón, que tan solo aspira a contar con un Congreso no solo dócil sino cómplice de su talante inconstitucional
Apostilla. Vizcarra ha llamado a comicios congresales sin saber la opinión del Tribunal Constitucional. Pero amable lector, ¿se ha puesto acaso a elucubrar en qué coyuntura acabaría Martín Vizcarra si el Tribunal Constitucional fallase a favor de la contienda de competencia planteada por don Pedro Olaechea, presidente del Parlamento Nacional, contra esa maniobra inconstitucional de disolución del Poder Legislativo ejecutada por un mandatario fáctico apellidado Vizcarra? Pero hay algo más grave. ¿Qué ocurriría si bajo esa hipótesis, la elección legislativa convocada para conformar un Congreso -con apenas quince meses de vigencia- acaba siendo nula porque, a juicio del TC, Vizcarra las habría convocado vulnerando la Constitución?