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Elecciones difíciles (III)

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Fecha Publicación: 24/07/2023 - 22:40
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Sin duda, luego de difíciles conversaciones y análisis de las distintas y prudentes alternativas existentes, ayer lunes 24 se presentó la primera lista –y ojalá fuera la única que incluya a algún miembro de las bancadas del llamado “bloque democrático”– de candidatos para los cargos que componen la Mesa Directiva del Congreso de la República: una presidencia y tres vicepresidencias y que debe ser elegida el día de mañana.

En las dos primeras partes de este artículo, publicadas en las semanas que anteceden, detallé cómo se toman y representan las decisiones en el único poder del Estado cuyos integrantes y protagonistas principales, los congresistas, son elegidos por voto popular directo. Las decisiones corresponden a cada congresista y los acuerdos deben representar la mayoría ya sea del número legal de sus miembros (130) o de los que se encuentren presentes, según se establece expresamente por materia. En algunas ocasiones se exige una votación calificada especial.

Para elegir la Mesa Directiva del Congreso es necesario el voto favorable de la mayoría simple de congresistas concurrentes, esto es, en principio 66 votos, si asisten -como es de esperar- la totalidad, sino el número requerido baja. Si en primera vuelta ninguna lista obtiene esa votación, hay lugar a una segunda vuelta entre las dos listas que obtuvieron mayor votación y en ese caso basta obtener el mayor número de votos (Art. 12. d. del Reglamento del Congreso).

Es necesario insistir en este detalle, pues parece que incluso personas supuestamente bien informadas olvidan el detalle de los votos necesarios para formar una decisión congresal y critican y hasta etiquetan o adjetivan negativamente los esfuerzos que diversas bancadas han venido haciendo para alcanzar los votos necesarios para lograr no una Mesa Directiva ideal, sino realistamente equilibrada donde, en un escenario de múltiples y dispares minorías, pragmáticamente se identifiquen temas de posible coincidencia mínima e inmediata que haga posible el cumplimiento de las atribuciones y deberes de la institución parlamentaria en favor de la gobernabilidad y progreso del país .

Descalificadas por simplistas e injustas deben quedar las acusaciones de “componendas”, “avales, “alianzas” o, peor aún, “claudicaciones”, atribuidas a los grupos que se esfuerzan por impedir que la Mesa Directiva quede en manos de quienes no representan el sentir mayoritariamente pro sistema de los peruanos. Hoy, como sucedió incluso cuando una bancada tenía mayoría absoluta, los grupos minoritarios y hasta claramente antisistema llegados al Congreso presiden comisiones, y ello no significa “componenda” ni “alianza” alguna. En verdad, la Política es también el arte de lo posible.

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