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¡Elecciones anticipadas con reformas en 2024!

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Fecha Publicación: 11/12/2022 - 23:10
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El golpe de Estado de Pedro Castillo se desmoronó en, aproximadamente, 2 horas. Él y su “estado mayor”, conformado por Aníbal Torres y Betssy Chávez, decidieron cerrar el Congreso. Pero además pretendían liquidar la Junta Nacional de Justicia, el Ministerio Público, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional. Ahora sabemos que lo primero que ordenó fue capturar a la fiscal de la Nación Patricia Benavides. Un despropósito que rápidamente fue rechazado por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en sendos comunicados. El falso profesor ha terminado recluido y seguramente sus más cercanos colaboradores correrán igual suerte. La justicia debe actuar con celeridad, respetando el debido proceso, para evitar que salga después de los 7 días y corra a la embajada de México a asilarse.

Mi rechazo a López Obrador desde esta tribuna democrática de Expreso por entrometerse en los asuntos del Perú para proteger a un corrupto golpista.

Pero quienes creen que la crisis se soluciona únicamente con la salida del chotano y sus mafias enquistadas en Palacio se equivocan de manera gruesa. El ánimo mayoritario en el país, sobre todo en el interior, es que las cartas se jueguen nuevamente y se den elecciones generales anticipadas para que podamos renovar tanto el Ejecutivo “dinámico” como el Legislativo infestado de “niños”. Dina Boluarte parece no interpretar el mensaje del Perú y anuncia inadecuadamente en su mensaje a la nación que se queda hasta el 2026. Luego nombra un gabinete liviano. Sin partido, con la calle movida, sin alianzas sólidas y sin encarar la agenda social es imposible que un mandato de su naturaleza sea viable.

En cambio, si ella anuncia que solicitará al Parlamento que aprueben el proyecto de ley de elecciones anticipadas -que ya pasó el filtro de la Comisión de Constitución y que fija comicios generales de manera extraordinaria en abril de 2024- se coloca por encima de las disputas y protagonizará un auténtico gobierno de transición que es lo que requiere el Perú. Si ella deja que la situación se agudice, tendrá que anunciarlo más adelante igualmente y se verá como una victoria del extremismo que agita. Mostrando su disposición de que su gobierno sea de transición, les quita las excusas a las movilizaciones y al malestar y dudas nacionales. Es ya bastante que ella sea quien lidere la transición, es como si el inteligente Ricardo Márquez -segundo vicepresidente de Alberto Fujimori en 2000- hubiese cometido el error de pretender asumir el Gobierno aquella vez por 4 años y no dejarle el camino libre a Paniagua por sólo un año. Boluarte no puede aspirar a quedarse los 42 meses que le quedan a esta administración.

Para generar confianza en esta nueva etapa y ante los múltiples agentes políticos y fuerzas sociales es ineludible cambiar el JNE. Salas Arenas no es garantía de un proceso ordenado y transparente. Éste debe ser el principal pedido de la sociedad democrática.

Pero no sólo debemos agotarnos en cambios administrativos, sino que en el año en el que Boluarte estaría en la conducción del país se deberían impulsar reformas que fortalezcan a los partidos políticos y la representación.

Pienso en principio en: la necesidad de un Senado, en restituir la reelección de autoridades, en establecer la elección de parlamentarios en la segunda vuelta, en la sanción para el transfuguismo, entre otras.
Sin reformas y nuevas autoridades electorales no habrá elecciones fiables. Sin elecciones fiables, el país se puede adentrar en una oscura noche de caos y polarización.

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