El umbral de la persecución política
El concepto "Fuerza de Choque" es el peligroso umbral de la persecución política. Bajo esa nueva fábula fiscal de José Domingo Pérez lo que pretenden es judicializar dirigentes y activistas del Apra para su desactivación y, según creen, su liquidación final. Luego piensan que podrán extender este mismo concepto o análogo a cualquier partido, asociación o persona jurídica que vaya en contra de sus intereses de grupo. Ya mencionan sus ideólogos –o titiriteros– oenegeros en sus portales a periodistas, llamándolos abiertamente "amedrentadores" o "encubridores". Está en una línea similar lo dicho por el fiscal Vela con abierto cinismo, que ellos “enfrentan a la clase política”. Una insania que tarde o temprano va a desmoronarse, como esta locura de pretender disolver judicialmente partidos políticos.
En el Apra no hay ninguna fuerza de choque, no hay ningún colectivo que agreda físicamente a nadie, esa es una patraña, una calumnia. Somos una expresión del Perú, con nuestras tradiciones, nuestros cánticos, nuestra mística, nuestra lealtad a la democracia, nuestros votos por la paz y la unidad nacional. Quizás eso no lo entiende quien denomina a los senderistas "guerrilleros" y llama a la lucha contra la subversión "guerra civil".
Afortunadamente aún no estamos en un contexto como el de la Venezuela de Maduro ni en el de la Nicaragua de Ortega; aquí aún existen los derechos humanos. Aún hay sectores en las instituciones que estamos seguros que no se prestarán para estos abusos, ni permitirán la abdicación de las mismas.
De ser necesario los apristas haremos valer constitucionalmente nuestro derecho a la libertad de expresión, la libertad de reunión, libertad de manifestación, a la participación política, etc. Una corriente de pensamiento con raíces populares no puede ser vetada desde el Ministerio Público. Y, fundamentalmente, porque el veto sería a los intereses populares que defendemos y representamos, distintos a los del establisment que hoy está detrás del entusiasmo fiscal.
Espero que los demócratas de diferentes tiendas entiendan que lo que se pretende instaurar aquí es un ataque sistemático a la oposición democrática y desaparecerla o ponerla de rodillas. El avance del pensamiento único nos lleva a estas situaciones, pero a la vez hace evidenciar cada vez más sus móviles políticos en la justicia. Ello les pasará factura, más temprano que tarde.
Esta circunstancia febril digitada por personajes para nada demócratas no puede distraer al Apra de presentarle al país un programa de cambio social, señalando con especial atención en el mismo las inmensas deficiencias de un gobierno que se ha refugiado en la falsa lucha contra la corrupción para no hacer nada por los peruanos, por su seguridad, por el empleo, la lucha contra la pobreza, la reconstrucción del norte, la salud pública, entre otros grandes temas.
