“El tren de Porky” nos acerca al futuro

Hace más de dos décadas conocí a Rafael López Aliaga, actual alcalde de Lima. Eran tiempos de sueños y aspiraciones por un Perú que buscaba su rumbo. Hoy, con sus innegables éxitos al frente de la Municipalidad, Rafael reafirma su inteligencia y su inmensa vocación de trabajo. Es con esta perspectiva, y con la emoción de quien ha sido testigo de su visión, que escribo sobre un hito que promete transformar la vida de millones de limeños.
Lima, metrópoli vibrante y en constante crecimiento, ha clamado por soluciones eficaces a uno de sus desafíos más urgentes: el transporte. El tren eléctrico, impulsado por el presidente Alan García desde su primer gobierno, pudo concretarse parcialmente. No obstante, quince años después, las etapas de dicho tren aún se cumplen lentamente. La mezquindad ha hecho que las demoras, en todo sentido, sean eternas. Las interminables horas en el tráfico, la congestión vehicular asfixiante y la precariedad de un sistema que no daba abasto eran la cruda realidad diaria de miles de limeños, especialmente aquellos que residen en zonas populosas.
Esa realidad está por cambiar, gracias a una iniciativa sin precedentes que marca el inicio de una revolución en la movilidad urbana. La Municipalidad de Lima, bajo el liderazgo visionario de su alcalde, ha concretado una donación histórica que transformará la infraestructura de transporte. Se trata de la adquisición de más de 100 trenes, 90 coches galería, 19 locomotoras y 4 contenedores con repuestos, provenientes de la prestigiosa empresa Caltrain, de California, Estados Unidos. Este material ferroviario, en óptimas condiciones y con mantenimiento integral garantizado, permitirá implementar una nueva ruta entre Chosica y el Cercado de Lima, con el ambicioso —pero necesario— plan de extenderla hasta el Callao.
La donación, valorada en 2 mil millones de dólares, ha sido conseguida con un desembolso mínimo por parte de la Municipalidad. Los 24 millones de dólares invertidos por la comuna corresponden únicamente al costo del envío. Este ahorro significativo beneficiará a millones de personas y evidencia una gestión eficiente y estratégica de los recursos públicos.
El proyecto beneficiará diariamente a más de 200 000 pasajeros, ofreciéndoles una alternativa rápida, segura y eficiente. Contribuirá a reducir el tráfico, el tiempo de viaje y la contaminación. Además, revalorizará la infraestructura ferroviaria existente, dándole un nuevo propósito y una nueva vida.
El servicio Chosica–Lima contará con vagones de dos niveles, aire acondicionado y una estructura robusta de acero inoxidable, diseñados para brindar confort y seguridad. La marcha blanca está prevista para finales de julio. Es un acontecimiento que marcará el inicio de una nueva era para la ciudad.
“El tren de Porky” representa el compromiso y la visión de Rafael López Aliaga. Es, verdaderamente, el tren del progreso. Está en marcha, y nos acerca al futuro.

Por José Oré León 

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