El trasfondo de la vista de Joe Biden al Perú
Si algunos han creído que, Joe Biden, el cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos de América, viene al Perú, casi investido de una capa caída, primero porque renunció a la reelección al advertirse sus falencias por su longevidad, como para seguir al frente del país por 4 años más, y luego, porque su delfín político, la actual vicepresidenta, Kamala Harris, acaba de ser derrotada de manera aplastante por el magnate neoyorquino, Donald Trump, que ocupará la Casa Blanca por segunda y última vez, pues están equivocados. Es verdad que Biden viene para decirle a sus conciudadanos que aún sigue vigente, con los reflejos que mostró durante su larga carrera política, pero lo es más porque EE.UU., mirando la dinámica del poder mundial, asume que la ausencia del mandatario del país más poderoso del planeta, será lo mismo que dejarle el plato servido a China, que no pierde un instante en ganar a su favor coyunturas y circunstancias que le permitan seguir ganando espacios en el globo, como todos los que ha conseguido por su estratégica política exterior de la Franja y la Ruta. Si algo queda claro a Washington, sea con presidente demócrata como es el caso de Biden, o republicano, como sucederá otra vez con Trump, es que la tarea central en esta etapa de su historia internacional, será recuperar los espacios perdidos en las últimas décadas que, por su distracción geopolítica o por mirar a nuestra región como su patio trasero, rápidamente fueron capitalizados por los chinos que siguen a la caza hasta de los fantasmas. Por tanto, Biden, viene al Perú, priorizando los intereses de su país y con actitud de Estado, como lo hizo en su momento, de un lado, el republicano George W. Bush, que llegó a Lima, por primera vez en 2002, invitado por su par peruano, Alejandro Toledo. Bush volvió en 2008, durante la segunda presidencia de Alan García y lo hizo, precisamente, para participar en la XVI edición de APEC. Luego, en 2016, nos visitó el demócrata Barack Obama, también en el marco de APEC, y en esa ocasión fue recibido por el presidente Ollanta Humala. El núcleo duro de los halcones que deciden el movimiento del poder político de los EE.UU., más allá del presidente de turno, habrían evaluado que la ausencia del mandatario estadounidense, no sería estratégicamente favorable para los intereses de Washington en el hemisferio mirando el orden mundial en estado pendular u oscilante. Aprovechen, entonces, que Biden llegará para cumplir una misión, y comiencen a tejer vinculaciones que, no es un secreto, se han perdido en el tiempo, incluso, hallándose distantes de las construidas por Augusto B. Leguía, Manuel Prado Ugarteche o Fernando Belaunde Terry.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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