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El trabajo dependiente y subordinado

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Fecha Publicación: 25/06/2023 - 21:40
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Los problemas económicos repercuten en toda actividad empresarial económica pública y/o privada y en las relaciones laborales. Si un país tiene una economía consolidada, estable y creciente, los empresarios y sus trabajadores dependientes y subordinados estarán en condiciones de resolver positivamente su actividad y desarrollo. Habrá empresarios que inviertan para producir excelentes bienes y servicios destinados a los mercados nacionales e internacionales y estos cada vez se incrementarán estimulando a que los empresarios nacionales acrecienten su producción; cada vez mejorará la calidad. En cada centro productivo existirá mutua y recíproca comprensión entre empresarios y sus trabajadores participando ambos, conforme a ley, de las ganancias (utilidades) generadas por la venta de sus productos.

Toda actividad productiva requiere de capitales y de mano de obra: se complementan necesariamente. El empresario incrementará sus capitales y el trabajador percibirá con equidad remuneraciones que le permitan a él y su familia una vida digna durante su vida laboral y luego con una pensión jubilatoria sin angustias. Una buena relación entre ambos les permitirá resolver inteligentemente y con equidad los problemas propios del trabajo asalariado.

El ideal es que en el Perú haya una economía estable y en crecimiento que garantice, estimule y atraiga cada vez nuevos inversionistas que generen más centros de trabajo y requieran mayor cantidad de trabajadores. Nuestro país posee excelentes riquezas naturales y agrícolas que se destinan mayoritariamente a mercados internacionales.

Aun antes de la pandemia de covid-19, durante los gobiernos de Humala, Kuczynski y Vizcarra la economía nacional ha ido menguando repercutiendo en las relaciones laborales entre patronos y trabajadores. Veamos ejemplos: la RMV no permitía solventar la vida de trabajadores y sus familias; cada vez se fue reduciendo la formalidad empresarial e incrementando la informalidad económica-productiva y generando desempleo. Simultáneamente aumentaba la inseguridad ciudadana.

Muchos centros de trabajo cerraron elevando la pobreza extrema. Con “la llegada” de la covid-19 empeoró la situación y multitud de centros de trabajo y comerciales casi paralizaron. Si bien “se generó” el “teletrabajo” desde las viviendas usando medios virtuales (computadoras), esto solo cubrió la labor administrativa pero no la productiva. Con los discursos electorales desde el 2020 comenzó la fuga de empresarios y simultáneamente se ahuyentó a nuevos que tenían temor de invertir de en el Perú.

Se requiere generar confianza a inversionistas para que generen centros de trabajo para ocupar establemente a trabajadores dependientes y subordinados.

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