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El ser humano es una caja de Pandora

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Fecha Publicación: 03/05/2023 - 22:30
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El mundo racional permite a la persona encontrar límites, poderlos razonar, encontrar respuestas de solución frente a cualquier pensamiento favorable o desfavorable, a diferencia del mundo emocional que es una caja de sorpresas, impredecibles, las emociones no se pueden medir, ni prever, salvo que puedas predeterminar qué puede suceder, aun así, las emociones sorprenden y uno no sabe cómo va a reaccionar, bien o mal, depende cómo se internalizan las emociones, el sujeto más pasivo en un momento dado puede reaccionar de la forma más agresiva y una persona impulsiva puede quedarse paralizado, por lo tanto, hay que vivir las emociones para entenderlas, comprenderlas y asimilarlas.

Una familia que se había sacrificado mucho para darle educación a su hijo, para que estudiara medicina, el día que se graduó, al darle la noticia a los padres, estos se emocionaron muchísimo, vieron el sueño realizado, que los esfuerzos que demandaron no fueron inútiles sino gratificantes, misión cumplida.

De un momento a otro, el padre se quedó sin habla, el propio hijo lo trató por ser un gran médico neurólogo, se recuperó pronto, estableciéndose por la historia clínica que el padre había sido muy sufrido, privándose de muchas cosas, para darle la profesión que deseaba, empero somatizó las emociones que originó esta dolencia que logró superarse con tratamiento, el amor del hijo, la esposa y la familia. Aparentemente, es contradictorio que la felicidad del logro de un hijo produjera esta secuela al padre en forma transitoria, las reacciones humanas no se pueden predecir, quizás el padre estaba predispuesto y este evento emocional le sobrevino esta reacción neurológica, lo importante es que la familia está feliz y unida.

Este es el caso de una mujer que padecía de cáncer al seno, pero la familia se lo había ocultado con la finalidad de que no se deprima, por razones de que su médico tratante tuvo que viajar al extranjero optaron por ir a consulta de otro oncólogo que, a insistencia de la paciente, le preguntó por qué se encontraba mal de salud, la medicación que tenía que tomar le producía reacciones colaterales, el médico optó por decirle la verdad de lo que padecía, el tiempo de vida que le quedaba, que organice su vida, fue la gota que rebasó el vaso, saliendo del consultorio se lanzó por la ventana suicidándose, por no haber encontrado alternativas de vida.

El médico no actuó dolosamente, sino tuvo una perspectiva en el sentido de que la paciente debía saber la verdad, no previó las circunstancias inesperadas, pero sucedió, no todas las personas asimilan la enfermedad para afrontarla, luchar por la vida, a sabiendas de que el final es la muerte. En el caso de esta paciente decidió quitarse la vida, no sujetarse al tratamiento, perdió la esperanza de seguir viviendo.

Este es el caso de una pareja de esposos en la que aparentemente existía una relación de armonía, el marido trabajaba de noche y un día por temas de fumigación de la empresa suspendieron el turno de noche, decidiendo el esposo regresar al hogar para estar al lado de su esposa, cuál fue la sorpresa inesperada que encontró a su mujer manteniendo relaciones sexuales con su vecino, inmediatamente se le obnubiló la mente, desenfundó su arma de fuego y les dio seis disparos, tres a cada uno, que murieron al instante, produciéndose dos delitos, en relación con la mujer, parricidio; y en relación con el amante, homicidio por emoción violenta.

El autor de estos hechos de sangre nunca pensó, ni se imaginó, que la esposa le iba a ser infiel en su propio lecho de amor y con el vecino, la escena que vivió le nubló la mente y lo único que optó es sacar su arma y disparar por la indignación, traición, burla de la esposa y del vecino que poseía a su mujer. "Cuida la mente".

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