El sentido de la vida

Los actos humanos se orientan a las decisiones que se toman en un escenario de la vida, sujeto al desarrollo de la persona, aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante, la vida en realidad es una calle de sentido único, nosotros le damos ese sentido, sabemos lo que hacemos que esta bien o mal, corrigiendo los errores y no reincidir en ellos, se aprende de las experiencias enriquecedoras que trazan fines, objetivos y metas, necesitando paciencia, tolerancia, las recompensas no vienen de la noche a la mañana, es un proceso de cambio que va moldeando la perspectiva de la vida a través de la madurez.

Encontrarle sentido a la vida es saber quién eres, porque estás en este mundo, que esperas de él y de ti, cual es tu misión. Conocí a una mujer que tenia muchos dones, habilidades, intuición, se adelantaba a los hechos, confiaba en la gente, pero por diferentes circunstancias le fue imposible concluir sus estudios, se caso con amor, tuvo sus hijos, los encaminó por el sendero del éxito y la humildad y es una consejera espiritual nata, inclusive todas las personas que la conocen le consultan aspectos personales de sus vidas, sus proyectos y les da su opinión, que por lo general es asertiva, a cambio de nada, simplemente que te sientas bien. Un día, le pregunte ¿cuál es el sentido de tu vida?, contestó, hablar con la gente, sugerirle mis puntos de vista sobre algunos temas que me comentan; y eso me hace sentir bien, útil para conmigo misma y los demás. Me contó en una oportunidad que quiso ser misionera, pero por la enfermedad de la mamá no lo hizo, empero posee esa sensibilidad para percibir a las personas y a las cosas que te rodean y no equivocarse en sus opiniones y ayudar a mucha gente por la paz interior que ha alcanzado. Este estado existencial no aparece de la noche a la mañana, lo vas construyendo poco a poco con el devenir de los años, las diferentes incidencias que le ha tocado vivir, resolver, asimilar y darles un buen sentido a sus acciones, por eso, dice ella, que no cambiaría su forma de vivir por nada en el mundo, no necesita estar en un convento, ni claustro, ni tener una profesión para hacer el bien.

Ahora hay que ver la otra cara de la moneda, ¿por qué algunas personas no le encuentran sentido a la vida?, simplemente porque la percepción de la vida no tiene ninguna clase de motivaciones, ni razones de vivir, actúan instintivamente, son dependientes emocionales, no quieren destetarse, se sienten inválidos emocionales, pensamientos rígidos, verticales, no existe el contrapeso de las alternativas, poseen una idea fija y nadie los saca de allí, ni los golpes de la vida, no asimilan nada, son inmaduros, sin habilidades cognitivas, piensan en si mismos, no en los demás, orientados a la vida hedonista, no tienen el menor sentido de la organización, no se trazan metas, escogen parejas equivocadas con los mismos defectos y manera de ser, los hijos son la consecuencia de una relación sexual, no existe compromiso emocional, no les agrada las responsabilidades, ni que le llamen la atención, su ego no se lo permite, no son buenos alumnos en la escuela, les agrada dirigir las cosas aunque estén equivocados.
En esta clase de personalidades que no le buscan el sentido a la vida, no tiene que ver las clases sociales, porque aún en los niveles socioculturales, bajos, medios y altos, no tienen sentido las cosas que realizan, no solamente es un tema de educación, oportunidades, sino que les han inculcado desde la infancia, adolescencia, juventud, hacer responsables o sin responsabilidad, respetarse uno mismo y con los que convive, tener una visión clara de lo que nos proponemos realizar a lo largo de nuestras vidas, no ser débiles sino fuertes para asumir los retos que se presentan en las edades del desarrollo y resolverlos, así, encontraremos el buen sentido a la vida, la prosperidad, seguridad y te dices a ti mismo “no he vivido por vivir sino sentir que hago las cosas bien y podremos tener una vejez tranquila con mucho amor y comprensión.

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